15 años de pesadilla viviendo sobre las obras de la línea 7B del Metro de Madrid

Los defectos de la línea 7B del Metro de Madrid continúan causando estragos 15 años después de su inauguración. El último episodio ha ocurrido la madrugada de este 4 de enero, cuando medio centenar de vecinos de San Fernando de Henares, un municipio de 40.000 habitantes a 20 kilómetros al este de la capital, han sido desalojados de sus viviendas tras llamar a los bomberos asustados por las fisuras que han aparecido en sus paredes relacionadas con las obras del tramo del suburbano. 

Las 24 familias que habitan el edificio donde han aparecido los desperfectos han pasado la noche en hoteles y en casas de familiares como medida preventiva hasta este miércoles, un día antes de la noche de Reyes. 

Tras evaluar el edificio afectado, la Consejería de Transporte de la región ha asegurado a Newtral.es que no ha encontrado daños estructurales en la vivienda, por lo que los vecinos ya pueden volver a casa. Además, aseguran que la Comunidad “invertirá más de 120 millones de euros para continuar con las actuaciones integrales en el municipio, cuyo objetivo es salvaguardar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos afectados por la línea 7B de Metro”. 

Los vecinos han convocado una manifestación el 8 de enero en Madrid para denunciar la situación en la que se encuentran desde hace más de una década. Los afectados se quejan de que la actuación de la Comunidad de Madrid se basa en meros “parches” en lugar de establecer un plan “verdaderamente integral” que incluya a todo el terreno afectado por las obras del metro y no solo a los edificios que presentan grietas o se hunden bajo el suelo. 

“Con el tiempo se ha comprobado que el terreno no se asienta, las inyecciones de hormigón que ha acometido el equipo técnico de la Comunidad de Madrid no son una solución por las grandes cavidades que presenta el terreno”, explica Hugo Carrasco, portavoz de la Plataforma de Afectados por el Metro Línea 7B San Fernando. La degradación de los edificios, añade, no mejora ni se mantiene, empeora.

La zona cero de los problemas de la línea 7B del Metro de Madrid: filtraciones de agua en un terreno de naturaleza soluble

Todo comenzó en 2007 con la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inaugurando la ampliación de la línea 7 del metro y pidiendo, de paso, el voto para las elecciones que estaban al caer. En esta prolongación para dar servicio a los municipios de Coslada y San Fernando de Henares se invirtieron 650 millones de euros. 

Aguirre arrasó en Madrid con mayoría absoluta, al mismo tiempo que comenzaban los mismos problemas que aún persisten, como relatan las memorias oficiales. Los edificios cercanos al recorrido del suburbano se hunden o aparecen grietas en sus estructuras, como recogen informes oficiales del Gobierno municipal y confirma la Plataforma de vecinos afectados. 

Esta situación ha provocado desalojos de ciudadanos en decenas de edificios y el derrumbe de varios negocios, como hizo constar Miguel Núñez, director general de infraestructuras de transporte colectivo, en su intervención en la Asamblea regional en 2021. “No se puede afirmar que la línea 7B haya funcionado correctamente desde entonces, ya que tras la inauguración de la línea se han registrado patologías tanto en la estructura del metro como en la superficie”, añadía entonces Núñez.

En paralelo, el tramo de la línea 7 entre las estaciones San Fernando y Hospital de Henares se ha tenido que cerrar varias veces a lo largo de estos 15 años. De hecho, la línea lleva sin dar servicio desde el pasado 24 de agosto, aún sin fecha oficial de reapertura, con el objetivo de “asegurar la estabilidad y resolver los problemas debidos a las filtraciones de agua en este tramo”.

Un problema técnico que no se soluciona desde 2007

Tal y como relatan documentos que se han ido realizando estos años, las obras de excavación bajo tierra para ampliar el metro 12 kilómetros en la zona este de Madrid facilitaron la entrada de agua en un terreno de naturaleza soluble por la alta presencia de yesos y arcillas expansivas. 

De hecho, un informe de asesoramiento hidrogeológico encargado por la Comunidad de Madrid a dos científicos de las universidades Politécnica y Complutense de la región alertaba ya en 2008 que la naturaleza kárstica –terreno formado por materiales que se van disolviendo a lo largo del tiempo por la acción del agua– del sistema subterráneo del Metro a su paso por San Fernando de Henares podía provocar “colapsos” en el túnel de la línea 7B del Metro de Madrid y en las edificaciones circundantes.

¿Cómo se explica entonces que el Gobierno decidiera acometer estas obras en un terreno de esta naturaleza? Desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid echan balones fuera al señalar a Newtral.es que “los informes son de hace 14 años”. 

Para la Plataforma de vecinos afectados la razón está en la política. “Se inauguró deprisa y corriendo para llegar a tiempo a las elecciones de 2007, 15 años después los problemas cada vez son más graves: hay un centenar de vecinos malviviendo en apartahoteles desde 2021 porque no pueden volver a sus casas por los desperfectos causados por la línea 7B del metro y muchos otros abandonados a su suerte, buscándose la vida como pueden”, relata Carrasco. 

No obstante, el consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, David Pérez, anunció hace una semana que indemnizará a los vecinos afectados con más de siete millones de euros.

Los vecinos se movilizan para pedir soluciones   

El 16 de noviembre, los vecinos de las viviendas cuyos cimientos pierden pie al paso del suburbano viajaron a Bruselas para denunciar su situación ante el Parlamento Europeo. De esta experiencia, uno de los afectados grabó el documental Vida rotas.

“Reivindicamos un plan que comprenda todas las afectaciones que hay en los edificios derivadas del metro y no solo en zona cero, que es donde actúa la Comunidad de Madrid”, indica Carrasco. “En todas las viviendas que no son de absoluta urgencia la Comunidad de Madrid no hace absolutamente nada, donde los vecinos tienen que convivir con las grietas de una decisión que no tomaron”. Desde la plataforma de afectados insisten: “En 2023 cumplimos 16 años con un problema que no se soluciona por falta de voluntad política”.

Fuentes de la Comunidad de Madrid exponen a Newtral.es una de sus últimas acciones sobre la línea 7B: la aprobación el pasado octubre de 10 millones de euros para inyectar cemento y consolidar 10.000 metros cuadrados en el municipio. Un proyecto al que los afectados se oponen. “Nosotros no somos ni ingenieros ni arquitectos, somos vecinos de un barrio obrero que nos están hundiendo la vida y, aunque no conocemos los criterios técnicos, sabemos que hay que hacer algo más para solucionar este problema”, afirma el portavoz de la Plataforma.