Recibimos alrededor de 50 notificaciones diariamente en el móvil, según un estudio publicado por investigadores de Telefonica Research y la Universidad de Macedonia. Estos pequeños mensajes que “despiertan” al móvil mientras está inactivo han cambiado por completo la manera en la que los usuarios se relacionan con él. Ahora es el móvil el que decide reclamar tu atención, y no al revés. Un cambio de paradigma en el uso del móvil.
“Ahora esperamos que el móvil nos reclame. Ya no acudimos al móvil, él viene a nosotros”, explica a Newtral.es Diana Gavilán, PhD y profesora de Marketing y Comportamiento del Consumidor en la UCM, sobre esta nueva forma de uso del móvil.
“Las notificaciones, en esta nueva forma de relacionarlos con el móvil, tienen un valor prevalente porque al tenerlas activadas, y con sonido, permitimos que el contenido intervenga mientras estamos haciendo otra actividad”, detalla Diana Gavilán.
Las notificaciones son sinónimo de interrupciones
Las notificaciones en muchos casos interrumpen otra actividad: ya sea porque el usuario está trabajando, o de ocio… Se demostró ya hace años, concretamente en 2008 gracias a un estudio de Gloria Mark, de la Universidad de California, y Daniela Gudith y Ulrich Klocke del Instituto de Psicología de la Universidad Humboldt de Berlín.
El estudio hablaba de los costes de las interrupciones en el trabajo y concluyó que tan solo después de 20 minutos de trabajo con interrupciones, como el uso del móvil, aumentaba el estrés, la frustración, la carga de trabajo y presión de las personas.
“Las notificaciones tienen una característica muy concreta y es que buscan siempre una respuesta, no es una comunicación que basta con que la veas, no. El objetivo es que hagas click”, resalta Diana Gavilán.
Además, una de las autoras de ese mismo estudio, Gloria Mark, ha publicado recientemente un libro titulado Lapso de atención: una forma innovadora de restaurar el equilibrio, la felicidad y la productividad.
En él, ha concluido también que cuando desviamos nuestra atención hacia otra cosa, como puede ser el uso del móvil, tardamos unos 25 minutos en volver a estar igual de concentrados a como lo estábamos antes de la distracción.
La mayoría de las notificaciones que se reciben en el móvil vienen de aplicaciones de mensajería, según el mismo estudio publicado por investigadores de Telefonica Research y la Universidad de Macedonia. Pero lo llamativo es que tan solo un pequeño porcentaje de esas notificaciones terminan en una conversación, entre un 15% y 25%.
Lo que significa que en la mayoría de las ocasiones la notificación provoca que el usuario utilice el móvil pero para otras cosas que no tienen que ver, como entrar en otras redes sociales, etc.
Sin notificaciones durante 24 horas: un uso del móvil diferente
Luz Rello es profesora de la IE Business School, y junto con Martin Pielot (Telefónica I+D) realizaron un pequeño estudio: durante 24h le quitaron las notificaciones a un grupo de personas de todas las edades, desde más jóvenes (estudiantes) hasta más mayores (trabajadores). Este experimento cambió por completo el uso del móvil para la mayoría de los participantes.
“El comportamiento de este grupo de personas cambió, no solamente desde el momento en el que se quitaron las notificaciones sino también dos años después, porque volvimos a hacerles un test sobre su percepción ante las notificaciones”, explica a Newtral.es Luz Rello.
“Se dieron cuenta del efecto tan potente que tienen las notificaciones en tu día a día. De hecho, algunos participantes decidieron seguir sin notificaciones nunca más”, prosigue Luz Rello.
En cuanto a los resultados sobre el uso del móvil, les llamó la atención a los investigadores que fueron “contradictorios”, porque por un lado “sintieron paz y pudieron mantener la atención” sobre lo que estaban haciendo, pero por otro lado sintieron también “ansiedad” y “miedo” por haberse perdido algo.
“El resumen de la investigación puede ser: notificaciones, no puedo vivir ni con ellas ni sin ellas”, zanja Luz Rello.
Ansiedad al tener el móvil en silencio
En la misma línea de lo que explica Luz Rello, se ha comprobado también que algunas personas tienden a coger los móviles más a menudo para comprobar si hay mensajes cuando está en modo silencioso que cuando está con sonido o con fibración.
Es decir, ante la idea de silenciar las notificaciones para conseguir cierta relajación, en algunos casos se consigue el efecto contrario al deseado. Así lo ha concluido un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Pensilvania.
“La función «No molestar», puede ser contraproducente (…) y psicológicamente angustiante” relata el estudio. “La explicación es el miedo que tienen las personas a perderse algo”, concluye Diana Gavilán.
Fuentes
Diana Gavilán, PhD y profesora de Marketing y Comportamiento del Consumidor en la UCM
Telefonica Research y la Universidad de Macedonia
Gloria Mark, Universidad de California
Daniela Gudith y Ulrich Klocke del Instituto de Psicología de la Universidad Humboldt de Berlín
Luz Rello, IE Business School
Universidad de Pensilvania