Cómo aislar tu casa del frío con ayuda de la física

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Cómo aislar tu casa del frío con ayuda de la física

Vuelve el frío y con él la necesidad de aislar nuestra casa y reducir lo máximo posible el uso de la calefacción por su coste económico y medioambiental. Y en eso la física puede ayudar. 

Beatriz M. Pabón, doctora en Física y coordinadora en el Centro Universitario U-tad, explica a Newtral.es que el calor “es una transferencia de energía de una parte a otra de un cuerpo o entre diferentes cuerpos”, y el frío se produce cuando “hay una pérdida de esa energía térmica”.  El objetivo de todo buen aislamiento de una casa, por lo tanto, debería ser reducir lo máximo posible esta pérdida. Y para ello, la física cuenta con tres principios que pueden ayudarnos.

“La transferencia de energía puede hacerse por convección (al moverse las partículas a una temperatura), por conducción (al transmitirse energía de unas partículas a otras) o por radiación (a través de ondas electromagnéticas)”, explica Pabón. 

El radiador, debajo de la ventana

Tal y como señala la física del U-tad, una de las claves para que la calefacción sea lo más eficiente posible y podamos aislar nuestra casa del frío es que el radiador se sitúe debajo de la ventana. “La razón es que el aire caliente, al tener una menor densidad, tiende a subir desde el foco de calor (el radiador) hacia el foco frío (la ventana). Esto desplaza el aire que hay frente a la ventana y crea una corriente vertical que provoca que el aire se desplace por toda la estancia”, señala. “Así, se distribuye el calor mediante convección, es decir, el mecanismo por el que las partículas a una temperatura dada se trasladan de un lugar a otro, llevando con ellas dicha temperatura”, añade. 

Inés Fernández, química y especialista en ciencia de los materiales en la Universidad de Barcelona, coincide con Pabón, pero señala que no es lo único a considerar. “Para aprovechar este mecanismo, también interviene la situación de la puerta en la habitación o si la ventana tiene persiana”, indica a Newtral.es. 

Mejor doble ventana que cristal grueso

Además, Fernández destaca la importancia de las ventanas para aislar nuestra casa del frío, dando preferencia a la doble ventana antes que a las de cristal grueso. “Las diferencias están en la conductividad térmica del material y el espesor que utilicemos. Las que son doble ventana y tienen una cámara de aire entre los vidrios ofrecen un mejor aislamiento térmico por lo general”, explica la química. 

Por su parte, Paula Esquivias, arquitecta y especialista en física aplicada a la edificación de la Universidad de Granada, indica a Newtral.es que el nivel de aislamiento “va a depender de la rapidez con la que el calor pasa a través del vidrio y del marco y de la estanqueidad de la cámara de aire”. 

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Es decir, la existencia de una capa de aire entre dos láminas de un material sólido es precisamente lo más eficiente para mantener la diferencia de temperatura entre ellas de manera eficiente. Según Pabón, física del U-tad, esto se debe a que el aire es mucho mejor aislante que un material sólido, ya que sus átomos están separados entre sí. 

“El aire de una habitación puede trasladar el calor por convección, es decir, por movimiento de las partículas a una determinada temperatura, pero la energía térmica no se traspasa de unas partículas a otras de forma fácil en un gas”, afirma. 

Poner aluminio detrás del radiador, otra de las claves para aislar la casa del frío

Además de usar a nuestro favor el mecanismo de convección, Pabón señala que se pueden utilizar paneles de aluminio reflectantes, de un tamaño y grosor adecuados, específicos para este uso, para maximizar la eficacia de los radiadores. 

“Del mismo modo que usamos este material para mantener el calor de los alimentos, podemos conseguir que el calor que el radiador emite hacia la pared rebote en él y se redirija hacia el resto de la habitación”, señala.

En este caso, estamos empleando la radiación, fenómeno por el cual el calor se transmite en forma de onda electromagnética, sin necesidad de un medio físico para propagarse.  

Alfombras y cortinas para aislar la casa del frío

Por supuesto, otra forma en la que podemos aislar mejor nuestra casa del frío es usando cortinas y alfombras. Y la física tiene la explicación. “Mediante la conducción, las partículas a una temperatura dada transmiten parte de su energía a las que se encuentran a su alrededor, cediéndoles calor y aumentando su temperatura, pero los tejidos actúan como aislantes y evitan que ese calor se transfiera, haciendo que permanezca en la estancia”, explica Pabón. 

Según la física del U-tad, para suelos, el más eficiente es la lana, que tiene la función natural de regulación térmica en el cuerpo de los animales, aunque para estancias en las que se pueda mojar es más recomendable el algodón, que tiene propiedades térmicas similares pero no absorbe tanto la humedad. 

Las especialistas consultadas por Newtral.es también recomiendan optar por cortinas gruesas en lugar de estores y visillos para evitar que la diferencia de temperatura producida por las ventanas trascienda al resto de la sala. Sin embargo, al contrario de las creencias populares, no creen que el color de las cortinas tenga un impacto a la hora del aislamiento. 

“Es cierto que los cuerpos sólidos de colores oscuros pueden acumular más calor, pero es muy relevante en el confort de la persona que ocupa la habitación”, señala Fernández. Esquivias coincide. “Para que las cortinas oscuras absorban esa energía tendrían que estar cerradas y expuestas al sol directo, impidiendo la entrada de luz a nuestro hogar”, afirma la arquitecta. 

Colocar burletes en puertas y ventanas

Además, las especialistas recalcan que poner burletes en puertas y ventanas puede ser una gran diferencia a la hora de aislar nuestra casa del frío. “Puede extrañar que una abertura tan pequeña como la rendija que queda bajo una puerta o una ventana sea determinante a la hora de mantener la temperatura”, indica Pabón. 

Sin embargo, como explica la física, dos aberturas en una misma estancia, por pequeñas que sean, pueden crear corriente entre ellas, “debido al comportamiento expansivo de los fluidos como el aire, y provocar cambios de temperatura por el fenómeno de la convección”. Por eso, recomienda colocar elementos de sellado para evitar que se forme esta corriente y perder poder calorífico. 

Aun así, Esquivias reconoce que algo esencial es el aislamiento general del edificio, para lo que se han determinado fondos como el Programa PREE . “Para proteger nuestra casa del frío debemos tener en cuenta es saber si está bien abrigada”, señala.

Es decir, si las paredes, suelos y techos tienen un bajo nivel de aislamiento, el calor que hayamos generado dentro de nuestra vivienda va a fluir con mayor velocidad hacia el exterior, “por diferencia de temperatura en condiciones de invierno, que si tuvieran un alto nivel de aislamiento”. Por eso, la arquitecta cree que cada vivienda requiere de un estudio pormenorizado y detallado para llegar a su “receta ideal” para protegerse del frío. 

Fuentes

Declaraciones a Newtral.es de Beatriz M. Pabón, doctora en Física y coordinadora en el Centro Universitario U-tad

Declaraciones a Newtral.es de Paula Esquivias, arquitecta y especialista en física aplicada a la edificación de la Universidad de Granada

Declaraciones a Newtral.es de Inés Fernández, química y especialista en ciencia de los materiales en la Universidad de Barcelona

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