El VIH y su enfermedad grave, el sida, afectan a personas de todo grupo étnico. Pero estadísticamente, es un virus ‘racializado‘. Las personas negras lo padecen desproporcionadamente mucho más. Y tienen peor acceso a la profilaxis. Sin embargo, la mayoría de estudios y curas para el virus no han tenido por protagonistas a personas que no fueran ‘blancas’ (uno de ellos, latino). Y hasta las terapias ensayadas parecían restringidas a variantes genéticas de las que carece la población ‘no blanca’. Este jueves se ha presentado el posible primer caso de curación de VIH de una mujer mestiza, la conocida como ‘paciente Nueva York’. La cuarta paciente curada de VIH con un cáncer de sangre.
Su caso se suma a otros tres, varones, que han conseguido eliminar virus viables de su organismo sin necesidad de antirretrovirales gracias a un trasplante de células madre. Sus predecesores fueron trasplantados de médula de donantes con una mutación natural especial, que los hace inmunes al VIH. En el caso de la ‘paciente Nueva York’, parece curada tras un trasplante procedente de un cordón umbilical.
Sin embargo, como en los casos anteriores —Timothy Brown (Berlín), Adam Castillejo (Londres) y un anónimo paciente de Düsseldorf–, la mujer neoyorquina padecía un cáncer con muy mal pronóstico. Sólo el trasplante se planteaba como recurso último para sobrevivir. La ‘paciente Nueva York’, que se identifica a sí misma como «negra mestiza», superó su leucemia y lleva desde 2017 libre de VIH infeccioso.
Explicaba a Newtral.es una de las investigadoras implicadas en el caso de Düsseldorf, María Salgado (IrsiCaixa), que “no es una estrategia válida para todas las personas. Tiene gran riesgo para la vida y sólo se aplica en pacientes cuando hay leucemias o linfomas que hayan pasado por todos los ciclos de quimio”. Además, “hay que buscar donantes que tengan esa mutación”.
En el caso de la cuarta paciente de VIH y cáncer, al usar células madre donadas de la sangre umbilical, se aumenta el potencial de curar del virus en personas de todos los orígenes raciales, tal y como publican los autores de este trabajo, liderado por Jingmei Hsu, en Cell.
El trasplante hizo remitir tanto al VIH como la leucemia de la paciente, y esta remisión ha durado ya más de cuatro años. 37 meses después del trasplante, pudo dejar de tomar la medicación antiviral contra el VIH. Los médicos que continúan controlándola dicen que es seronegativa desde hace más de 30 meses. Y desde hace 18, no sufre ningún rebote.
La población negra tiene más difícil encontrar donantes de células madre
“La epidemia del VIH es racialmente diversa, y es muy inhabitual que las personas de color o razas diversas encuentren un donante adulto no emparentado que sea suficientemente compatible”, explica Yvonne Bryson (Universidad de California-Los Ángeles), coautora del estudio. Según ha señalado en un encuentro con medios junto a su colega Deborah Persaud (Universidad Johns Hopkins), encontrar un donante para la ‘paciente Nueva York’ era como una aguja en un pajar.
“Es muy inhabitual que las personas de color o razas diversas encuentren un donante adulto no emparentado que sea suficientemente compatible”
Yvonne Bryson (UCLA)Sólo alrededor del 1% de las personas blancas son homocigotas para la necesaria mutación CCR5-∆32 anti VIH. Ese porcentaje baja aún más en el resto de grupos étnicos. Esta rareza limita el potencial para trasplantar células madre en pacientes racializados porque los trasplantes de células madre generalmente requieren una fuerte compatibilidad entre persona donante y receptora.
Para la doctora Persaud, “el uso de células de la sangre del cordón umbilical amplía las oportunidades para que las personas de ascendencia diversa que viven con el VIH y requieren un trasplante para curar otras enfermedades”.
Las células de la sangre del cordón umbilical se infundieron junto con células madre de uno de los familiares de la paciente; se aumentaron, así, las posibilidades de éxito. “Con la sangre del cordón umbilical es posible que no disponga de tantas células, y tardan un poco más en colonizar el cuerpo después del trasplante”, dice Bryson. “Usar una mezcla de células madre de un pariente compatible y células de la sangre del cordón umbilical le da a estas un buen impulso inicial”.
Cuarta paciente ‘técnicamente’ curada de VIH aunque su caso se conoció en 2022
El caso que aparece ahora en Cell se presentó en 2022 en el la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) de Denver. “Hizo mucho ruido mediático, pero no se había publicado –y revisado científicamente– hasta ahora”, contextualiza José Alcamí, virólogo y director de la Unidad de Inmunopatología del SIDA del Clínic Barcelona, en el SMC de España. La paciente curada de VIH “ahora lleva de 3 a 4 años de seguimiento, que es el plazo que se considera de cierta seguridad para hablar de curación”, afirma el doctor.
Lo importante respecto a la raza es que “las posibilidades de tener un donante ‘dos por uno’ que cure de la leucemia y del VIH son prácticamente cero. La donación a partir de células de cordón es, por tanto, una estrategia excelente para sobrepasar este obstáculo”, valora Alcamí.
En la ‘paciente Nueva York’, que esté curada de VIH no implica que no se detecten restos del virus, incluso cuando se estaba tratando con antirretrovirales, antes del trasplante. “Esto nos dice que el virus persiste a pesar del tratamiento y de ahí la importancia de trasplantar con células resistentes al VIH porque, si no fuera así, ese virus residual se propagaría y daría una infección de nuevo en las células del donante”.
Tanto en la ‘paciente Nueva York’ como en el ‘paciente Düsseldorf’, el sistema trasplantado no ha atacado a las células del receptor. Se postuló que esta reacción podría haber destruido las últimas células infectadas en los pacientes de Londres y Berlín, pero “no parece que el mecanismo tenga la importancia que le habíamos dado”, al menos en este caso.
La cuarta paciente se volvió resistente a otras variedades del VIH y no saben por qué
La paciente recibió su trasplante en 2017 en el Weill Cornell Medicine gracias a un equipo de especialistas en trasplantes dirigido por los doctores Jingmei Hsu y Koen van Besien. Desde entonces, es inmune a las variantes de VIH que entrar en las células por la puerta CCR5. Hay otra puerta (CXCR4) por las que pueden entrar otras variantes del virus. Sin embargo, los doctores se toparon en este caso con una sorpresa.
Las células de la paciente trasplantada son resistentes a variantes del VIH que no utilizan el receptor CCR5. El equipo probó a infectar células en tubos de ensayo con variantes distintas a la que contrajo la paciente curada. Y fueron incapaces. La ‘paciente Nueva York’ pareciera superinmune. “Es un resultado difícil de explicar, pero poco relevante desde el punto de vista de la evolución de la paciente”, valora Alcamí.
Estos pacientes reciben trasplantes contra un cáncer de sangre y, colateralmente, se benefician de donantes inmunes al VIH.
“Este estudio señala el papel de tener células con CCR5-∆32/32 como parte de los trasplantes de células madre para pacientes con VIH, porque hasta ahora todas las curas exitosas han sido con esta población de células mutadas, y los estudios que trasplantaron nuevas células madre las células sin esta mutación no han podido curar el VIH”, explica Persaud.
Los autores enfatizan que se necesita más esfuerzo para evaluar a los donantes de células madre y las donaciones para detectar la mutación CCR5-delta32. “Con nuestro protocolo, identificamos 300 unidades de sangre de cordón umbilical con esta mutación, de modo que si alguien con VIH necesitara un trasplante mañana, estarían disponibles”, dice Bryson, “pero se debe hacer algo [sobre] una base continua para buscar estas mutaciones, y se necesitará el apoyo de las comunidades y los gobiernos”.
Casi 38 millones de personas en todo el mundo viven con el VIH y los tratamientos antivirales, si bien son efectivos, deben tomarse de por vida. El ‘paciente Berlín’ (que falleció de su cáncer) fue la primera persona en curarse del VIH en 2009. Los tres recibieron trasplantes de células madre como de donante adulto compatible mutadas.
El poder de las células madre
Cuando nacemos, las células progenitoras son más ‘adaptables’ a distintos contextos genéticos. Explica Alcamí que un trasplante de médula de células madre (stem cells) de adulto requiere de una identidad genética completa. Es decir, del 100 % en una serie de genes que son como un DNI genético para el trasplante.
Sin embargo, las células de cordón no requieren un 100% de identidad, sino que un 50% de identidad es suficiente. Supongamos que el DNI del receptor es 12345678; el número de DNI del donante debe tener la misma numeración 2345678. Pero el DNI de la sangre de cordón es más flexible. Bastaría una coincidencia de 4 números, por ejemplo 12*4*6*8 o 1*3***67*.
Lss posibilidades de tener un donante aumentan exponencialmente. “La sangre del cordón umbilical se recoge en el momento del parto, al menos 500 cc o más; hay bancos cordón en todo el mundo“, señala la doctora Hsu.
Esta estrategia se ha revelado eficaz en la ‘paciente Nueva York’ y abre una vía para encontrar un mayor número de donantes por paciente candidato.