Su apariencia frágil, el tono bajo y la voz dulce contrasta con la fortaleza que muestra cuando levanta el brazo y dice “nada nos va a parar”. Lleva el pelo al aire y sólo atado por una goma que deja fuera parte de la melena. Y no es cosa menor. Su país, Irán, obliga a las mujeres a llevar cubierta la cabeza por ley.
La conocimos en el Bazar Tajrish al norte de Teherán. Se acercó con su madre para decirnos que quería hablar delante de la cámara. Su madre la animó y la miraba emocionada mientras hacíamos la entrevista para el programa especial de El Objetivo por el 8-M. Dio la cara a pesar de que ambas ya han vivido el miedo en sus carnes. Fue detenida hace unos meses por negarse a colocarse el velo a petición de uno de los agentes de la policía de la moral. Ese gesto de rebeldía ya le costó la vida en septiembre a Masha Amini. Es increíble comprobar que la represión de las protestas posteriores no ha podido con ellas.
El régimen iraní ha detenido y torturado a cientos de personas, ha ordenado disparar a los ojos y los genitales de las mujeres en las calles para marcarlas de por vida y hasta ha ordenado la ejecución por ahorcamiento de varios presos. Pero a ellas “nada las va a parar”.
Hace 10 años pude viajar a Teherán para entrevistar al entonces presidente Ahmadineyad. La polémica sobre la caída del velo ensombreció de alguna manera las preguntas y las respuestas sobre las lapidaciones de mujeres y las ejecuciones de homosexuales que estaban practicando en su país. De aquel momento no recuerdo ver en las calles a ninguna mujer sin velo. Pero el asesinato de Amini lo ha cambiado todo.
Entervista a Ahmadineyad hace 10 años.Ha sido muy inspirador comprobar que decenas de mujeres muy jóvenes descubren ahora su melena, tintada en ocasiones de verde o rosa, en defensa de Amini. Y son varias las deportistas que, durante los campeonatos internacionales en los que representaban a su país, han dado un paso similar ante la mirada de la prensa de todo el mundo.
Es el caso de Sara Khadem, la ajedrecista iraní que decidió competir en diciembre en Kazajistán sin velo. Aquellos días recibió un aviso del gobierno de su país. Le pidieron que grabara un video asegurando que había sido un error inducido por potencias extranjeras. Se negó. Y ha tenido que exiliarse a España.
Ana Pastor entrevista a Sara Khadem en El Objetivo.El régimen intenta mantener un sistema desigual y salvaje contra las mujeres en pleno siglo XXI. Pero el grito de “mujer, vida y libertad” que se escucha todavía hoy en las protestas no va a desaparecer. El cambio ya es imparable y, como apuntan algunas de las activistas con las que hemos hablado, costará tiempo y sufrimiento, pero llegará.
Y su triunfo dependerá mucho de que los medios de comunicación mantengamos la presión. Nada le gustaría más al régimen que dejemos de hablar de las protestas. O que nos centremos solo en los debates occidentales del feminismo, necesarios pero muy alejados de la realidad de países como Irán. Un día antes de terminar nuestro viaje a Teherán empezaron a sonar en el taxi las primeras notas de una canción muy conocida. Y no fue casual. Fue emocionante escuchar allí el Bella Ciao interpretado en persa por Behin And y Samin Bolouri. Un síntoma más de la dignidad de las mujeres iraníes y de quienes apoyan su causa.
