Desde la localización de una víctima hasta su entrega a la familia: este es el proceso que se sigue tras el paso de la DANA en Valencia

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Las inundaciones en la Comunidad Valenciana han causado al menos 222 muertos y 32 desaparecidos, hasta la hora de publicar este artículo, según los datos que comparten Moncloa y el Centro de Integración de Datos (CID). Desde entonces, circula mucha desinformación sobre el número de fallecidos y desaparecidos y todo lo que rodea su gestión. Los cuerpos de los fallecidos de la DANA deben pasar por un proceso complejo desde su localización hasta su identificación y posterior entrega a la familia, según se recoge en el Protocolo nacional de actuación Médico-forense y de Policía Científica para hacer frente al levantamiento e identificación de las víctimas tras el paso de la DANA. 

En este artículo explicamos en qué consiste el protocolo y el proceso que se sigue en la gestión de los cuerpos de los fallecidos, desde su localización hasta su identificación y entrega a la familia.

Evaluar la magnitud del desastre y rescatar a los supervivientes, antes de que empiecen las inspecciones y autopsias

La Guardia Civil y la Asociación Nacional de Médicos Forenses (ANMF) afirman a Maldita.es que se está siguiendo el Protocolo nacional de actuación Médico-forense y de Policía Científica. Según se especifica en este protocolo, creado en 2009 y activado el 30 de octubre de 2024, se colabora entre médicos forenses, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías autonómicas y el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Se activa en casos de catástrofes que provocan múltiples muertes. Su organización depende del Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior y, en este caso, de la Comunidad Valenciana. 

Según recoge en su texto, el protocolo comienza con la verificación del suceso por parte de la seguridad local, en este caso, la Generalitat Valenciana, que informa a la autoridad judicial. Esta autoridad notifica al médico forense y al director del Instituto de Medicina Legal (IML), quien coordina las acciones. Los forenses trabajan para los Juzgados en el seno de las Diligencias Previas que se abren por los fallecimientos y desapariciones, no para autoridades gubernamentales (ni centrales ni autonómicas), según explica a Maldita.es, Miguel Guerrero Cobo, juez en el juzgado de instrucción número 1 de Don Benito (Badajoz). 

Tras la evaluación de la magnitud de la catástrofe se decide activar el protocolo, contactando a los IML. Luego, se acordona el área, se establece seguridad y un puesto de mando conjunto, y se rescata a los supervivientes antes que comiencen las inspecciones y autopsias. Una vez asegurada la zona, llega la autoridad judicial para realizar la inspección técnico-policial, señalizar y cuadricular el área para empezar el proceso de identificación. 

Cómo se realiza el levantamiento de cadáveres

El tratamiento de las víctimas se lleva a cabo en dos partes: una dedicada a la recuperación y levantamiento de los cuerpos, restos humanos y pertenencias de la zona en la que se encuentran, y otra destinada al depósito de fallecidos. “Es un proceso complejo, que exige rigor y garantías para garantizar la identificación de cada cuerpo”, afirma Guerrero.

La coordinación en el área de levantamiento de cadáveres se realiza entre los IML y los equipos de Identificación de Víctimas de Desastre (IVD) de las fuerzas de seguridad. Cada uno con un responsable designado, según el protocolo. “Cada equipo de levantamiento de cadáver está compuesto por dos médicos forenses, así como por miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, indican desde la ANMF.

En esta fase, según Guerrero, es necesario “localizar los cuerpos, acceder al lugar donde se hallan y extraerlos”. En el caso de la catástrofe provocada por la DANA, según señala a Maldita.es Julio Irigoyen, médico forense en el IML de La Rioja, hay que tener en cuenta la “dispersión geográfica” y las “dificultades del terreno” por las vías terrestres que se vieron afectadas.

Una vez localizadas las víctimas mortales, los equipos formados deben “apuntar todos los datos necesarios, etiquetar el cuerpo, avisar al furgón funerario y trasladar el cuerpo hasta el IML para practicar la autopsia”, explica Guerrero.

Las víctimas mortales se trasladan al depósito donde un equipo de recepción comprueba la documentación y las enumera

Cuando llega el fallecido al depósito para realizarle la autopsia (en este caso, a la morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia) “tiene que haber otros compañeros a la entrada (al menos uno), que garantice que el cadáver tiene una numeración y una documentación determinada, que se ha generado en el levantamiento de cadáver”, indican desde la ANMF. Y añaden: “Además, le dan otra numeración diferente correspondiente al depósito. Cada cadáver tiene que estar identificado con dos números: el del lugar de levantamiento y el del depósito”.

Durante la autopsia se obtienen datos identificativos post mortem, que luego serán contrastados con los obtenidos en la fase ante mortem

La fase post mortem es el tratamiento de los fallecidos, según explica en este vídeo Alfonso Colorado, coordinador de la Respuesta Médica Forense en Sucesos con Múltiples Víctimas del IML de Valencia. “Primero vamos a hacer un estudio de la huella dactilar, después [el cuerpo] pasará a la sala de autopsias y se hará la autopsia pertinente para saber la causa del fallecimiento y encontrar todos aquellos datos identificativos que sean de interés”, afirma. Asimismo, se hacen pruebas como un estudio odontológico y se recogen muestras de ADN. Según indica la ANMF, durante la recopilación de información identificativa se trabaja junto a miembros de las FFCCSE y se realizan fotografías.

“Tenemos una serie de elementos primarios que son la huella dactilar, el ADN y el estudio odontológico (..). Y, aparte, se utilizarán elementos secundarios que reforzarán a los primarios, como son cicatrices, tatuajes, prótesis, etc.”, indica el especialista. Estos datos post mortem se contrastan después con los obtenidos en la fase ante mortem para identificar a los fallecidos. Tras finalizar este proceso, los cadáveres se trasladan a la segunda morgue habilitada en la Fira de Valencia.

La fase ante mortem consiste en recabar información sobre los desaparecidos y recoger muestras de ADN. Según dijo el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo, durante su comparecencia el 5 de noviembre de 2024, se pusieron en marcha cuatro Oficinas de Atención a las Familias (ante mortem). Dos están ubicadas en las comisarías de Ruzafa y Abastos y otras dos se encuentran en las calles de La Tauleta 38 (Alfafar) y Sant Nicolau de Bari 56 (Algemesí)

Ricardo Collado, inspector jefe de la Brigada Provincial de Policía Científica de la Policía Nacional, explica en el vídeo que se solicita a los familiares cualquier tipo de dato, desde fotografías hasta datos biométricos o señales dactilares. “Entrarían también las muestras biológicas, ya sean de los familiares más cercanos a la persona desaparecida, o incluso un cepillo de dientes o maquinillas de afeitar de la persona desaparecida”, asegura.

El CID es el órgano encargado de cruzar los datos obtenidos ante mortem y post mortem para identificar a las víctimas

La ANMF indica que en el Centro de Integración de Datos (CID), en el que también participan forenses, se cruza la información recogida por los equipos post mortem y ante mortem, de forma que se ven coincidencias que permiten la identificación.

En este contexto, el (CID) informó el 7 de noviembre de 2024 que la institución ha desplegado exclusivamente a 57 forenses en Valencia para realizar autopsias y exámenes tras el paso de la DANA.

Entrega de los cuerpos de los fallecidos

La entrega de los cuerpos de los fallecidos a familiares o allegados sólo se realizará cuando lo autorice la autoridad judicial, una vez confirmada la plena identificación y se haya enviado el dictamen correspondiente, de acuerdo con el protocolo. El juez Guerrero señala que, cuando el médico forense certifica el fallecimiento, se procede a la inscripción en el Registro Civil. “Una vez inscrito se procede a la expedición del certificado de defunción y a la licencia de enterramiento/incineración”, asegura.

Moncloa informó a través de un comunicado que, hasta el 11 de noviembre de 2024, se registraron 222 víctimas mortales por la DANA en Valencia. Según el Centro Integral de Datos (CID), a 10 de noviembre, 206 personas han sido identificadas (163 por huellas dactilares, 40 por ADN, y tres por identificación hospitalaria en vida). Solo quedan ocho cadáveres sin identificar según el CID. 147 personas ya fueron entregados a sus familias según el organismo. 

En caso de que el cuerpo no pueda ser identificado, el destino del mismo queda a discreción del juez o magistrado a cargo del caso, según explica la ANMF. Guerrero aclara que, en la mayoría de los casos, se logra la identificación del fallecido. Sin embargo, “en ocasiones (afortunadamente raras), hay personas que no pueden ser identificadas ni reclamadas por nadie” señala Cobo. En estos casos, el cuerpo no permanece en la morgue, sino que se inscribe el fallecimiento con los datos disponibles, como nombre y señas aparentes, y se procede a su entierro, según concluye el juez.

Las situaciones de emergencia son una situación propicia para la aparición de bulos. Así, en Maldita.es seguimos desmintiendo bulos y desinformaciones relacionadas con la DANA y varias teorías de la conspiración desde el pasado martes 29 de octubre. Es fundamental fiarse sólo de fuentes oficiales y, ante la duda, es preferible no compartirlo. Aquí puedes consultar herramientas y fuentes para informarte sobre la DANA que está recorriendo España.

* Imagen original de voluntarios buscando víctimas en la Albufera (Valencia). César Manso / AFP

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