- El Gobierno ha desoído los requerimientos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre el metano y obviado su compromiso en el marco del Global Methane Pledge.
- El Gobierno ha ignorado las recomendaciones de la Comisión Europea sobre las emisiones de metano entérico.
- El Gobierno debe aprobar urgentemente un Plan Nacional de Reducción de Emisiones de metano en todos los sectores.
En la COP 29 se van a mantener negociaciones en torno a las emisiones de metano (CH4), un gas que ha pasado desapercibido en la mayoría de las negociaciones climáticas, a pesar de poseer un potencial de calentamiento hasta 87 veces superior al del dióxido de carbono (CO2). España, lamentablemente, no es una excepción al respecto, pues el Gobierno ha ignorado en su planificación la grave problemática que desde el punto de vista climático provoca este gas de efecto invernadero.
En ese sentido, las organizaciones ECODES, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables y Mighty Earth consideran un grave error que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030 no haya incluido objetivos ni medidas específicas de disminución de las emisiones de gas metano, cuyos principales responsables en España son el sector ganadero y el de residuos, sin olvidar las fugas en el sector de los combustibles fósiles de países de los que España importa recursos energéticos. El metano es en España el segundo mayor responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, con un 14,4 % del total, solo por detrás del dióxido de carbono.
Estas entidades piden al Gobierno la elaboración urgente de un Plan Nacional de Reducción de Emisiones de Metano, para disminuir en 2030 esas emisiones en todos los sectores entre un 40 % y un 45 % con respecto a los niveles de 2020, en consonancia con los requerimientos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El metano es un gas de efecto invernadero 87 veces más potente que el CO2 en un ciclo de veinte años, y representa ya casi una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por ello, la reducción de sus emisiones desempeña un papel fundamental en las medidas de mitigación del cambio climático de aquí a 2030, 2040 y 2050.
España es uno de los países firmantes del Compromiso Global sobre el Metano (Global Methane Pledge, GMP, en inglés), lanzado en la COP 26. Al adherirse al Compromiso, España aceptó tomar medidas para contribuir a un esfuerzo colectivo para reducir las emisiones mundiales de metano en al menos un 30 % con respecto a los niveles de 2020 para 2030. España no ha hecho mención alguna al Compromiso Global sobre el Metano en el PNIEC 2023-2030. Sin embargo, ese compromiso no se ha visto reflejado en el Plan Nacional de Energía y Clima, pese a las advertencias incluidas en las alegaciones presentadas.
Las emisiones de metano en España
Según el Informe de Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero. Edición 2023 (1990-2021) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, situó al metano como el segundo mayor responsable, con un 14,4 % del total, por detrás del CO2 (79,7 %) y por delante de las del óxido nitroso (4,1 %) y los gases fluorados (1,8 %).
En España, el metano se emite principalmente en el sector de “agricultura” (según la nomenclatura del PNIEC), que es responsable de un 62,7 % de esas emisiones (sobre todo por la fermentación entérica del ganado, con un 41,5 %, y la gestión de estiércoles, con un 20,1 %) y en el sector “residuos”, con un 31,1 % de ellas (el depósito de residuos sólidos en vertedero supone un 25 % del total de emisiones de metano). Además, en España se detectaron 29 fugas que procedían de instalaciones de gestión de residuos. Además, investigaciones realizadas por Ecologistas en Acción han denunciado la presencia de fugas en el sistema gasista. A pesar de todo esto, el PNIEC no propone medidas suficientes para reducir las emisiones de metano.
“España necesita urgentemente establecer un plan de reducción del metano con objetivos claros que estén en consonancia con lo que reclama la Ciencia para hacer frente a la emergencia climática”, han manifestado las organizaciones.
Dentro de este plan, el Estado español debe poner en marcha un sistema de recogida de datos cuantitativos y cualitativos precisos sobre las emisiones de metano asociadas a los combustibles fósiles importados. En este sentido, es fundamental en el camino hacia la reducción de las emisiones, incidir en la necesidad de calidad, transparencia y accesibilidad pública de los datos recogidos para garantizar información de referencia sólida y fiable sobre las emisiones existentes.
Desde 2022, según los registros vía satélite y una reciente investigación, se han contabilizado un total de 1.194 fugas del sector de los combustibles fósiles de países de los que España importa recursos energéticos (donde destacan Argelia y EEUU), principalmente gas fósil. También cabe destacar las 29 fugas detectadas en el sector de gestión de los residuos, una de las cuales fue la mayor de emisión de metano en una hora en dos vertederos de Madrid.
Las emisiones de metano ponen en riesgo que España pueda conseguir la neutralidad climática en 2050
Como reconoce el Gobierno en su Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050), las emisiones de GEI del sector de la agricultura y la ganadería (principalmente metano) representan una tendencia alcista desde el 2012 tanto a nivel de la UE como en España, aunque en España es proporcionalmente más acusada que la que se viene produciendo en UE. Además, en un análisis más detallado se observa cómo España se encuentra entre los Estados miembros que genera más emisiones provenientes de este sector.
Por tanto, es necesario, no solo adoptar dietas saludables (vegetarianas o con menor contenido en carne y lácteos), como una de las medidas eficaces para la reducción de las emisiones de metano del sector agropecuario (sugeridas, por ejemplo, por el Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) y la Climate and Clean Air Coalition), sino también aprobar políticas para disminuir progresivamente los niveles de producción de carne y lácteos de las producciones intensivas.
“En el plan de reducción de metano que debe poner en marcha el Gobierno es necesario incluir medidas para una reducción de la producción intensiva de las ganaderías bovina y ovina. Además drebeían prohibirse las importaciones de gas con altas de fugas de metano, como el gas de fracking”, han declarado las organizaciones organizaciones.
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