Para acabar el año, también nos habéis preguntado por un tipo especial de papel que no está hecho de celulosa y que para elaborarlo no hace falta matar árboles: el papel de piedra. Os contamos las ventajas e inconvenientes ambientales de este invento, sobre el que hay poca información independiente sobre su impacto ambiental.
Según su fabricante, el papel de piedra es un “material revolucionario” a partir de la roca caliza y supone “una alternativa real a los materiales habituales, como el papel o el plástico”. Se trataría de un material duradero e impermeable que se descompone “en polvo”. Está hecho con un 80% de caliza en polvo (carbonato cálcico) y un 20% de aditivos como el plástico polietileno. Por su plegabilidad, aspecto y tacto, “el papel de piedra es comparable al papel clásico e igual de fácil de imprimir”, siempre según el productor, quien afirma que una tonelada de papel de piedra respecto al equivalente procedente de celulosa protege 20 árboles, ahorra 60.000 litros de agua y más de 4.500 kilovatios hora de energía, evita 150 kilos de residuos sólidos y previene la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono.
La literatura científica que ha investigado este material es escasa pero muestra sus ventajas e inconvenientes. Un estudio realizado en la Universidad de Teherán (Irán) en 2020 destaca que puede causar problemas en el reciclaje del papel convencional si se mezclan y que su mayor densidad, su degradabilidad a la luz solar y ultravioleta y la presencia de polietileno son algunas de sus desventajas. Entre los pros está su menor coste y consumo de energía y electricidad.
Un análisis del ciclo de vida completo del año 2016 (y no sólo de los impactos ambientales de la producción del producto) comparó los impactos ambientales de la piedra de papel, de las láminas de polipropileno y del papel recubierto para su uso para etiquetas de productos. Las conclusiones indican que el papel de piedra no es biodegradable por la presencia de polietileno, que usa un 20% más de tinta que los otros materiales y que los impactos podrían ser reducidos con una electricidad más renovable utilizada en la producción del producto.
“Toda la información que encuentro a nivel de sostenibilidad es de los propios fabricantes de este tipo de papel, lo que para mí quita credibilidad”, salvo el trabajo que compara el papel de piedra con otros materiales para hacer etiquetas de botellas y no con el papel tradicional, aclara a Maldita.es Paula Baldó, ambientóloga especializada en diseño y desarrollo de productos y consultora y diseñadora de estrategias de sostenibilidad y economía circular en envirall.