En el año 2001, la FAO (Food and Agriculture Organization) perteneciente a la OMS comenzó a celebrar el 1 de junio el Día Mundial de la Leche para aunar todas las conversaciones en torno a este aliemnta, tanto por su parte nutricional y alimentaria como por los aspectos sobre su producción y la ganadería.
La leche, como alimento común y cotidiano, es protagonista de muchos mitos, algunos bulos y bastantes dudas que ya hemos aclarado en Maldita Ciencia. Aquí recogemos todos esos datos sobre la leche de los que hemos hablado.
¿Realmente un vaso de leche caliente nos ayuda a dormir mejor?
A pesar de que contiene sustancias que, de una forma u otra, pueden relacionarse con el sueño, la leche, por sí sola, no interfiere en este. Y hablamos de leche como podemos hacerlo de cualquier otro alimento. De hecho, existe poca evidencia de que haya alimentos que nos ayuden a conciliar el sueño o a mantener una mejor calidad de este. A pesar de que se ha investigado bastante al respecto, lo que se ha visto es que el efecto es muy moderado y, a veces, nulo.
Entonces, ¿por qué se suele señalar precisamente a la leche, como posible cómplice para lograr un sueño reparador? Por dos motivos: componentes (presencia de triptófano, precursor de la melatonina, conocida como hormona del sueño [aunque este no tiene un efecto inmediato en nuestro cuerpo y hay muchos alimentos con mayor cantidad que la leche]) y experiencia (hábitos e higiene del sueño que, efectivamente, consiguen que durmamos mejor).
No es cierto que la leche pasteurizada no tenga nutrientes ni que su consumo aumente la intolerancia a la lactosa
“El vecino viene tempranito a vender un litro de leche - SIN pasteurizar - recién ordeñado por $1.25. La leche pasteurizada no tiene nutrientes. Por eso ha crecido la intolerancia a la lactosa”. Esto es lo que afirma un tuit publicado el pasado 3 de marzo y que acumula más de 12,5 millones de visualizaciones (a fecha 7 de marzo). Sin embargo, no es cierto que la leche pasteurizada no tenga nutrientes y tampoco que esto se relacione de alguna manera con el aumento generalizado de la intolerancia a la lactosa.
Es cierto que tanto la leche cruda como la leche pasteurizada pueden causar reacciones alérgicas en las personas sensibles a las proteínas de la leche, pero esto no es consecuencia del proceso de pasteurización, sino de los propios componentes de la bebida y el organismo de cada persona. Como recuerda la FDA en su página web, “la pasteurización de la leche no causa intolerancia a la lactosa ni reacciones alérgicas”.
La 'leche de paloma' existe, pero no es como la leche a la que estamos acostumbrados
La leche de paloma existe y se le denomina leche de buche. Es una secreción de las palomas que se produce en los primeros días de vida de sus polluelos. Aunque no se considera un alimento apto para el consumo humano, como pueden serlo otros tipos de leche, sí tiene otros usos: además de la utilidad ‘natural’ que tiene ese buche para los pichones recién salidos del cascarón, también se venden compuestos alimenticios para aves con características similares a la leche de buche natural.
¿Qué leche es más saludable, la de vaca o la de cabra?
Nutricionalmente, la leche de vaca y la de cabra son muy similares y no se puede afirmar que una sea más saludable que la otra.
En teoría, la leche de cabra contiene aproximadamente la misma cantidad de lactosa y de proteínas que la de vaca, pero tiene más calcio y grasa, que se organizan en gotas de tamaño inferior, lo que podría mejorar su digestibilidad, pero no hay evidencia científica que apoye esta teoría. Por otro lado, su contenido en ácido fólico y vitamina D es menor. Quizá, para los de paladar sensible, su diferencia principal radique en su sabor.
Además, ninguna de ambas es apropiada para alérgicos o intolerantes ni recomendable para niños de menos de un año.
Si la leche de vaca causa diarrea y síntomas similares en niños mayores de un año, ¿puede deberse a una intolerancia a la lactosa?
De forma general, se recomienda el consumo de leche de vaca a partir del primer año. La diarrea continuada, en caso de haberla, puede significar tanto intolerancia a la lactosa como alergia a la leche de vaca. La alergia puede provocar dolor abdominal o cólicos, náuseas, vómitos y diarrea e incluso sangrado intestinal. La intolerancia a los lácteos, por su parte, puede manifestarse a través de hinchazón del abdomen o diarrea, náuseas, vómitos, eructos y flatulencias.
Pese a ello, recuerda que beber leche no es antinatural ni malo para la salud (salvo para quienes presentan alguna de estas condiciones), pero tampoco es imprescindible en edad adulta: el calcio también se puede obtener de alimentos como pescados, frutos secos, legumbres y la col.
Leche de fórmula infantil: qué es y qué la diferencia de la leche materna
No siempre es posible ofrecer a un bebé leche materna, bien por deseo o imposibilidad de la persona que lo amamanta o bien porque no se dan las condiciones necesarias para ello. Es en estos contextos en los que se presenta la opción de recurrir a la leche de fórmula, un alimento que no la reemplaza al completo, pero que es indispensable para muchísimas familias vulnerables. De hecho, tanto la leche materna como la de fórmula son los únicos alimentos que se consideran imprescindibles para los humanos.
La principal diferencia de la leche de fórmula respecto a la materna es su composición: el aporte energético (las kilocalorías) es similar, pero la leche materna posee muchísimas singularidades que, según los expertos, difícilmente podrán ser igualadas algún día en las fórmulas. Al menos no a corto plazo y a un precio más o menos asequible.
La leche, ¿dentro o fuera de la nevera? Depende del tipo de tratamiento que ha recibido y de si el envase está abierto o cerrado
La leche pasteurizada (o fresca), nunca puede conservarse a temperatura ambiente: debe estar en todo momento refrigerada. Como su nombre indica, sí ha pasado por un proceso térmico (menor de 100ºC durante un tiempo determinado), lo que la diferencia de la leche cruda, que ni se calienta a más de 40°C ni se somete a un tratamiento de efecto equivalente. Aunque ese proceso elimina parte de los microorganismos, no acaba con otras sustancias, como toxinas o esporas, resistentes al calor. De ahí que deba conservarse a temperaturas de refrigeración y solo durante unos pocos días.
Si hablamos de leche esterilizada, sometida a temperaturas por encima de los 100 ºC, la situación es diferente, ya que no solo destruye microorganismos, también esporas. Esto, en un envase sin abrir, permite almacenar la leche a temperatura ambiente durante varios meses. El tratamiento UHT, (Ultra High Temperature o temperatura ultra alta) o de uperización es un tipo de esterilización que permite conservar las cualidades nutritivas de la leche en su práctica totalidad y que consiste en calentar la bebida a unos 150ºC de dos a cuatro segundos. Te lo explicamos al completo por aquí.
¿Existe relación entre el consumo de leche de vaca y el acné?
Varias investigaciones indican que existe una relación entre el consumo de leche y el acné. Aun así, los dermatólogos no suelen recomendar restringir su consumo para controlar este problema cutáneo, ya que se trata de un efecto leve.
El motivo de esta relación es que la leche contiene de forma natural pequeñas cantidades de diversas hormonas. Una teoría es que algunas de ellas provocan inflamación dentro del cuerpo: la inflamación puede obstruir los poros y provocar acné. Sin embargo, se necesita más investigación para estar seguros.
Por qué puede ser perjudicial retirar la lactosa de la dieta si no eres intolerante a ella
Para poder absorber la lactosa a nivel intestinal, necesitamos una enzima, la lactasa, que la divide en moléculas más pequeñas. Así, facilita su absorción y que estas pasan a la sangre, lleguen hasta los tejidos y nos sirvan de fuente de energía. Lo que ocurre en el organismo de las personas con intolerancia a la lactosa es que no produce suficiente lactasa, por lo que no puede digerir bien la lactosa. Este es el motivo de síntomas como distensión abdominal, gases o diarrea. En condiciones normales, la producción de lactasa por las células intestinales (enterocitos) es adaptativa, es decir, si se mantiene el estímulo se mantiene la producción. Por lo tanto, suprimir voluntariamente el consumo de lactosa durante un tiempo prolongado puede generar una disminución en la producción de lactasa. En consecuencia, una persona que tiene una tolerancia a la lactosa puede llegar a perderla.
Beber leche no es antinatural ni malo para la salud, pero tampoco es necesario
El argumento de que beber leche es antinatural es habitual entre las personas que defienden un menor consumo de productos de origen animal, señalando como supuesta prueba que el ser humano es el único mamífero en el que los adultos siguen consumiendo leche. Aunque esa reducción puede tener motivos ecológicos y de salud basados en evidencias científicas (especialmente cuando hablamos de carnes rojas o procesadas, o de las emisiones que genera la agricultura), no es verdad que beber leche sea antinatural, y tampoco supone ningún perjuicio para la salud para cualquier persona que no sea alérgica o intolerante a sus componentes.
Si los humanos (aunque no todos) somos capaces de beber leche de adultos es porque tenemos una enzima, llamada lactasa, encargada de digerir la lactosa. Todas las crías de mamífero la generan, pero es cierto que en la mayoría de los mamíferos decae al llegar a la edad adulta. En el caso de los humanos, determinadas mutaciones que se expandieron por Europa y algunas zonas de África hacen que los adultos sigan siendo capaces de digerir la lactosa. Hablamos de ello aquí.
Pero en ese mismo artículo también explicamos que beber leche no es necesario. Ningún alimento es insustituible y los nutrientes que aporta la leche, especialmente el calcio pueden obtenerse también de otros alimentos: las sardinas en aceite, la col o las almendras, por ejemplo, son alimentos ricos en este mineral.
¿Qué tipo de leche es más recomendable?
Nos preguntasteis si entre la leche entera, la desnatada y la semidesnatada había alguna opción más saludable o recomendable que otra. La respuesta la explicamos aquí: no hay una que sea mejor que las demás, y la opción más recomendable dependerá de nuestras preferencias y del resto de nuestra dieta en su conjunto.
No hay evidencias de que beber leche aumente o espese los mocos
La idea de que beber leche aumenta o espesa las mucosidades, especialmente en los niños, un mito muy antiguo pero no es más que eso, un mito. No hay evidencias que sostengan esta creencia. En este artículo repasábamos algunos estudios y revisiones sobre el tema en los que no se encontraron motivos para sostener esa relación.
Entre la leche y el zumo, ¿importa el orden en que los bebas?
"Después de la leche, nada eches" es un dicho popular que se refiere al supuesto malestar que puede causar tomar algo después de beberse un vaso de leche. La indicación se refuerza especialmente cuando lo que te piensas tomar después es un zumo de naranja, una naranja o un cítrico en general. La supuesta base de esta recomendación es que el ácido del cítrico puede cortar la leche y hacer que nos siente mal.
Pero esto no tiene sentido ya que el ácido del estómago es más fuerte que el de cualquier cítrico que comamos, así que la leche siempre se corta al digerirla, pero precisamente forma parte de la digestión y no tiene nada de malo. Y aunque no fuese así, el orden en que tomásemos la leche y el cítrico no influiría en su efecto sobre nuestra salud porque todo se mezcla en el estómago. Puedes leer más sobre esto aquí.
Los riesgos para la salud de beber leche cruda
La leche cruda es aquella leche que sale directamente de la vaca y puede tener microorganismos peligrosos para la salud. Para evitarlo se somete a distintos procedimientos, como la pasteurización o la ultrapasteurización. Aún así hay quien defiende los beneficios de consumir la leche cruda, pero esto puede causar infecciones especialmente peligrosas en niños pequeños, embarazadas personas ancianas o con el sistema inmune debilitado. Hablamos de ello aquí.