La corrupción en España empeora aunque no preocupa a los ciudadanos

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El bloqueo para renovar el Consejo General del Poder Judicial o el mantenimiento de las visas doradas para los ciudadanos que invierten dinero en España son dos de las razones que explican el deterioro del Índice de Percepción de la Corrupción en 2022, y por segundo año consecutivo. La organización independiente que elabora este índice desde 1995, Transparencia Internacional, alerta de que esta caída, aunque de solo un punto respecto a 2021, “es una clara señal de riesgo y hay peligro de seguir descendiendo”.

La corrupción también ha sido señalada como uno de los principales problemas para los mismos españoles, coincidiendo con momentos concretos como la crisis económica o con la aparición de numerosos casos de corrupción que han involucrado a diferentes partidos políticos. Así lo indican los barómetros que elabora el CIS mensualmente. Lo analizamos.

España está al mismo nivel de percepción de la corrupción que países de África como Botsuana o Cabo Verde 

Transparencia Internacional constata que la lucha contra la corrupción en España fue en 2022 algo peor que el año anterior. La organización atribuye este descenso a las 13 encuestas y evaluaciones elaboradas por especialistas en las que se basa para elaborar el Índice de Percepción de la Corrupción. Este instrumento mide una serie de variables muy concretas del sector público, aunque no incluye un índice de victimización que mida la corrupción real, como explica a Newtral.es Astrid Barrio, profesora de Ciencia Política de la Universitat de València. Eso es: el número de hechos denunciados por personas en los cuales manifiestan ser víctimas o perjudicados por alguna infracción penal, según define Interior.

Teniendo en cuenta esta limitación, según este índice España pierde un punto en el ranking respecto al 2021 hasta situarse en los 60 en una escala de cero a 100, donde cero es “muy corrupto” y 100 “muy transparente”. Con esta nueva marca, España se coloca en la posición 35 de 180 países analizados, un puesto que comparte con dos países de África (Botsuana y Cabo Verde) y con uno del Caribe (San Vicente y las Granadinas). 

No obstante, este deterioro viene de lejos. España ha descendido en 2022 un puesto respecto a 2021, tres en relación a al 2020 y cinco frente a 2019 y se aleja de los top tres países que encabezan la lista por ser los menos corruptos: Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda. Un grupo al que también pertenecen las grandes potencias de la Unión Europea como Alemania (ocupa el puesto 9 con 79 puntos) o Francia (en el puesto 21 con 72 puntos). “Una caída por segundo año consecutivo sitúa a España en una situación de vulnerabilidad y es un claro indicador de riesgo en caso de volver a bajar el próximo año”, indica a Newtral.es Elena Usunáriz, responsable de comunicación de Transparencia Internacional.

Según el trabajo de la organización, España se ha visto principalmente afectada por su descenso en los parámetros medidos en el Global Risks Report 2022 del Foro Económico Mundial. Según esta evaluación, ha empeorado su puntuación en la categoría de “pagos irregulares en servicios públicos, exportaciones e importaciones y decisiones judiciales en casos de corrupción”.

El CIS también analiza la preocupación de la corrupción y el fraude en España

El CIS también pone de manifieso la preocupación de los españoles por el fraude y la corrupción mensualmente a través de su barómetro. Los datos demuestran que la consideración de la corrupción como un problema en España comenzó a crecer a partir de la crisis financiera de 2008, marcando un hito en noviembre de 2014 cuando cerca del 64% de los encuestados consideraron el fraude y la corrupción como el principal problema solo superado por el paro.  En ese momento, había múltiples procesos de investigación en marcha entre los que se encontraba los casos Bárcenas, la Púnica o el escándalo de las tarjetas Black

A partir de entonces, la preocupación por este problema fue bajando, sustituido por otros como los políticos en general, los problemas de índole económica o los relacionados con la calidad del empleo. En la curva de la corrupción es muy evidente la llegada de la pandemia cuando la preocupación principal de los españoles fue el coronavirus, eclipsando cualquier problema anterior incluido la corrupción y el fraude.  

Actualmente y desde la crisis sanitaria del coronavirus, exceptuando un repunte en el mes de septiembre de 2020, no se registra una preocupación especial por la corrupción entre los ciudadanos. 

La politóloga Barrio explica que “desde hace más de una década, coincidiendo con los grandes escándalos de corrupción, este fenómeno ha sido una de las preocupaciones constantes de los españoles” Para la experta, esto es responsabilidad, en gran medida, de los medios de comunicación. “Ha existido corrupción en la ‘alta política’ pero no es un fenómeno que pueda generalizarse aunque a veces se haga, generando en la ciudadanía una mala reputación de la política cuando la mayoría de políticos son honestos”, asegura Barrio. 

De esta forma, en su opinión “lo peligroso es trasladar la idea de que España es un estado corrupto cuando no lo es, los índices de victimización son bajísimos”. Para la politóloga, la percepción de la corrupción en momentos puntuales como un gran problema es debida a que “los casos se mediatizan, pero casi nadie se ve afectado por ella”. Lo importante, recuerda Barrio, es que los casos “raramente quedan impunes”.

La lucha de la corrupción en España fluctúa desde 2012

Los datos de Transparencia también se pueden leer en clave de CIS. En 2012, España alcanzó su puntuación más alta: 65 puntos sobre 100. Sin embargo, el año siguiente, en 2013, descendió hasta seis puntos, coincidiendo con los estallidos de los peores escándalos de corrupción en España. El deterioro se mantuvo más o menos constante hasta que en 2017 obtuvo su mínima puntuación.

A partir del 2017, se comenzó a experimentar una mejora importante, motivada por el enjuiciamiento de todos los casos de corrupción de aquella época. Sin embargo, la cifra de este año, revela una falta de progreso importante. “A lo largo de estos años en España, si bien se dieron casos de corrupción importantes, hubo también enjuiciamientos y condenas por corrupción, con lo cual, se mostró que no existe impunidad y que la Fiscalía Anticorrupción ha jugado un papel importante”, analiza Usunáriz.

No obstante, para Transparencia “aún quedan pendientes muchas leyes por aprobar y siguen faltando medidas institucionales básicas”. La responsable de comunicación en la organización hace referencia al reglamento de la Ley 19/2013 de Transparencia y Buen Gobierno que sigue sin haberse consolidado. O a la transposición que sigue pendiente de la directiva europea sobre la protección a las personas que alertan sobre infracciones. Para Barrio, sin embargo, lo realmente efectivo para luchar contra la corrupción sería “destinar recursos para acelerar causas”. 

El Qatargate o Gazprom: la corrupción deteriora Europa 

Aunque la percepción de la ciudadanía por la corrupción se registre baja, no quiere decir que los problemas que genera se haya resuelto. De hecho, según el análisis de Transparencia, el deterioro de la lucha contra la corrupción ha sido general dentro de la UE. Acotando el ranking del índice a los 27 Estados Miembros, España se mantiene en el puesto número 14, dos puntos por debajo de Portugal y Lituania y uno punto por encima de Letonia. “Según el análisis regional de Europa Occidental y la UE, el 96% de los países de la región han disminuido o han hecho poco o ningún progreso significativo desde 2017”, indica Usunáriz.

Como explica la responsable de comunicación de la organización, la UE ha sufrido un duro golpe por diferentes casos de corrupción durante 2022 en los que “poderosas industrias y actores extranjeros han ejercido una influencia indebida en la toma de decisiones en toda la región”. 

Y han sido varios escándalos: desde los archivos Uber en Francia, hasta los vínculos del gobierno alemán con la empresa estatal rusa de gas Gazprom, pasando por las acusaciones del “Qatargate”, según las cuales miembros del Parlamento Europeo aceptaron sobornos de funcionarios qataríes y marroquíes. “Estos casos demuestran cómo la influencia externa, la escasa aplicación de las normas de integridad y las amenazas al Estado de Derecho socavan la eficacia de las medidas anticorrupción”, argumenta Usunáriz.

Fuentes

Transparencia Internacional

Barómetros del CIS

Astrid Barrio, profesora de Ciencia Política de la Universitat de València

Elena Usunáriz, responsable de comunicación de Transparencia Internacional

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