La desinformación profundiza la polarización y la crisis institucional en Perú 

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Perú se ha convertido en el país de la eterna crisis institucional en América Latina. Ha tenido siete presidentes en menos de siete años y algunos de los que han gobernado en las últimas décadas han terminado suicidándose o siendo investigados o encarcelados por corrupción. La destitución del mandatario Pedro Castillo el diciembre pasado, que suponía una transición pacífica del poder, ha derivado en multitudinarias manifestaciones antigubernamentales que han sido reprimidas por el nuevo Gobierno encabezado por Dina Boluarte. Y a esa agitación política en Perú, a raíz de las protestas, se ha sumado la desinformación que, si bien no es reciente, ha agudizado el conflicto y la polarización por las narrativas que se vierten desde todos los espectros de la sociedad. 

“Es evidente que hay un crecimiento significativo de la desinformación, pero no es una novedad”, dice a Newtral.es Lilian Kanashiro, investigadora en Ciencias Sociales de la Universidad de Lima. Desde 2021, año en que se celebraron las elecciones generales que ganó Castillo, la sociedad peruana lidia con noticias falsas o descontextualizadas sobre las manifestaciones constantes y el acontecer político, algo que incide negativamente en la democracia, de acuerdo con expertos consultados por Newtral.es. 

¿Pero cómo se explica la crisis permanente de Perú? El origen de la agitación política, según los especialistas consultados, se sintetiza en diferencias irreconciliables hasta ahora entre los poderes Legislativo y Ejecutivo. De ahí que los presidentes, que no logran la mayoría en el Congreso y se enfrentan a acusaciones de corrupción, sean cesados por los diputados. Según el politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, José Alejandro Godoy, la política peruana está judicializada y el sistema de Justicia es usado como una herramienta política. De ahí también que surjan protestas populares ya sea en contra o a favor del mandatario de turno. 

“La difusión de desinformación tiene un grave impacto en la actual situación de conflictividad, porque, por un lado, activa la maquinaria represiva del Estado -Policía, Ministerio Público y Poder Judicial- y, por otro lado, genera en la población una sensación de rechazo, injusticia e indignación que acrecienta el conflicto de una manera importante”, responde a Newtral.es José Humberto Saldaña Cuba, especialista en violencia interna y politólogo de la Universidad Católica de Perú. 

A 3 de febrero, se registraban 66 personas muertas en el contexto de la crisis institucional desatada el 7 de diciembre de 2022 con la destitución de Castillo, después de que decidiera disolver el Congreso y decretar un Gobierno de emergencia nacional sin el apoyo de ningún sector de la sociedad. Los expertos, diversos sectores políticos y la comunidad internacional calificaron las medidas de Castillo como un intento de golpe de Estado.

Las narrativas de la desinformación en Perú

En Perú, policías y manifestantes antigubernamentales se acusan mutuamente de impulsar campañas de desinformación. El 10 de enero pasado, el comandante de la Policía Nacional de Perú, Raúl Alfaro, dijo que los protestantes subían vídeos que no correspondían a “la época ni al lugar” con el objetivo de generar alarma y desprestigiar a la Policía.

Desde el lado de los manifestantes, según el experto Saldaña, se maneja que la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional de Perú criminaliza la protesta al considerar como acto de terrorismo cualquier actividad relacionada con la disidencia. “Esta agencia de la Policía Nacional es una de las principales responsables de la producción de noticias falsas, pero no es la única; el Congreso, los partidos de extrema derecha están constantemente declarando este tipo de desinformación”, explica Saldaña, quien ha publicado varias investigaciones sobre la criminalización de las protestas.

Algunos agentes del orden, del Congreso y del Gobierno peruano han acusado a los manifestantes de tener vínculos con el terrorismo. Además, desde sectores afines al Gobierno de Boluarte se vende la idea de que en las protestas en Perú hay una intervención por parte del Gobierno de Bolivia, que preside Luis Arce. 

“Una de las narrativas es la que busca deslegitimar las marchas, y tiene que ver con la supuesta intervención extranjera o boliviana, que si bien la mueve un público conservador de derecha, no es la única. Tratan de buscar a un enemigo extranjero”, considera Kanashiro, investigadora en Ciencias Sociales de la Universidad de Lima.

En Perú se tienen dos hipótesis sobre lo ocurrido el diciembre pasado. El sector que apoya Castillo asegura que fue víctima de un golpe de Estado y desde el nuevo Gobierno de Boluarte se argumenta que fue Castillo, en efecto, quien quebrantó el orden constitucional del país. Tanto la Unión Europea como España y Estados Unidos consideraron que el entonces mandatario intentó dar un golpe de Estado. 

Esas narrativas han escalado al plano internacional. Entre algunos gobiernos de izquierda de América Latina se defiende la idea de que Castillo fue víctima de un golpe de Estado por parte del Legislativo. Por ejemplo, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, dijo que condenaba el golpe de Estado en Perú y la agresión a la que está sometido el pueblo peruano, en referencia a las protestas en contra de Boluarte. El mexicano Andrés Manuel López Obrador también insinuó que Estados Unidos estaba detrás de la destitución de Castillo. 

Al respecto, el analista José Saldaña Cuba dice: “A nivel internacional, la desinformación cala e incluso llega a algunos presidentes que dan información incompleta”.

Sobre las diferentes narrativas de desinformación que circulan en Perú, la investigadora Kanashiro responde que esta es caótica, por lo que “no es tan sencillo el ordenamiento”. “Es una metástasis de historias sin sentido. Hay desinformación en todo el espectro político y no viene de solo uno de los ‘bandos’”, agrega. 

Verificadores versus la difusión de bulos en Perú 

A mediados de enero de 2023, el diputado opositor boliviano Erwin Bazán compartió un artículo en el que se informaba sobre la supuesta detención de un hombre, simpatizante del partido del expresidente boliviano Evo Morales, que transportaba hacia Perú 126.000 balas para uso de los manifestantes antigubernamentales. La prensa boliviana y peruana se hicieron eco de la denuncia pública del legislador, pero se trataba de un suceso que ocurrió en 2020 y no en 2023, como lo desmintió Verificador, la unidad de fact-checking del diario peruano La República.

Ese hecho, junto con otras afirmaciones sobre una posible intervención de Bolivia en las protestas, llevaron a un congresista peruano a plantear una militarización de la frontera. “Esta ola de desinformación está agudizando el conflicto”, comenta a Newtral.es Irene Ignacio, editora de Verificador, de La República, cuyo equipo ha vivido jornadas frenéticas por la desinformación en el contexto de las protestas. 

[Los bulos y vídeos manipulados y descontextualizados que se han hecho virales durante las protestas en Perú]

Desde diciembre hasta la fecha de publicación de este artículo, Verificador, miembro de la red internacional de verificadores IFCN al igual que Newtral.es, ha desmentido 50 desinformaciones sobre la crisis institucional en Perú. En ese sentido, la labor de los verificadores peruanos de los medios Salud con Lupa, Ojo Público y La República ha contribuido a contener en cierta medida la desinformación.

“Desde el Gobierno y el Congreso no se hace nada para combatir la desinformación. Sin embargo, hay una prensa alternativa, la prensa popular, que gracias a la tecnología de la información está permitiendo generar fuentes de información o recursos de información que contrarrestan la desinformación. Esa es la gran fuente de oposición a las noticias falsas”, dice el investigador Saldaña.

Tanto Saldaña como Kanashiro coinciden en que en Perú hay desconfianza hacia la mayoría de los medios de comunicación tradicionales por la cobertura parcializada de las protestas. En el país andino, las empresas de noticias no gozan de la confianza de los ciudadanos, según un informe publicado por el Instituto Reuters en 2022.

“Hay un descontento por la cobertura informativa de la prensa local, se siente que hay una cobertura parcializada, sesgada”, dice Kanashiro. Al respecto, la editora de Verificador menciona que esa crítica hacia los medios no es gratuita, ya que aportan poca pluralidad de fuentes y, en algunos casos, no verifican la información.

“La mayoría de los medios ha replicado la versión oficial sin cuestionar, sin pedir pruebas”, dice la verificadora de La República. La crisis en Perú se prolonga y con ello la desinformación, según los expertos. Han circulado noticias falsas que usurpan las cuentas de la presidenta Boluarte para anunciar su renuncia y vídeos de otros países que se comparten como si fuesen de Perú.

Fuentes

Entrevista a Lilian Kanashiro, investigadora en Ciencias Sociales de la Universidad de Lima

José Humberto Saldaña, especialista en violencia interna y politólogo de la Universidad Católica de Perú

Entrevista a José Alejandro Godoy, politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Entrevista a Irene Ignacio, editora de Verificador, La República

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