La enfermería de atención primaria en Madrid reclama un aumento de plantilla y reivindica el respeto a sus funciones

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“Llevamos muchos años intentando visibilizar más nuestro trabajo”, cuenta Cristina González, enfermera y vicepresidenta de SEMAP, la Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar y Comunitaria. Aunque considera que cada vez hay más población que conoce las funciones de la enfermería en atención primaria, todavía “hay mucha gente que cree que estamos de ayudante de un médico”. Unos “estereotipos” que arrastran desde hace mucho tiempo, como explica Mar Rocha, portavoz del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid.

En la Comunidad de Madrid se ha generado un debate en torno a los supuestos que deben atender las enfermeras a raíz de la guía actualizada APADE (Atención a Procesos Agudos de Demanda) que ha empezado a funcionar en los centros de salud desde octubre de 2022. Este protocolo supone derivar a enfermería algunos casos que hasta ahora atendía el personal médico. Algunas enfermeras se quejan de que son casos que superan sus competencias. Las profesionales entrevistadas por Newtral.es explican su posición y detallan cuáles son sus funciones. 

La guía de la Comunidad de Madrid para que las enfermeras asuman algunas tareas que antes atendía el personal de medicina 

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha creado una guía que incluye casos de urgencias que deben asumir las profesionales de enfermería que antes estaban reservados a las de medicina. Se trata de la guía actualizada APADE para enfermería de atención primaria. Afecta a casos de pacientes que van a los centros de salud de urgencia sin cita. 

La vicepresidenta de SEMAP considera que en casos concretos incluidos en el protocolo, como las infecciones respiratorias, le corresponde a los médicos y no a las enfermeras su tratamiento. “Hay que familiarizarse con la auscultación, como enfermera no puedo diagnosticar si es catarro de vías altas o una posible neumonía”. González pone también el ejemplo de otro de los casos que aparecen en la guía, las vulvovaginitis, que “pueden ser de muchos tipos, hay que hacer pruebas y exploraciones para lo que está formado” el personal de medicina. 

Rocha, sin embargo, sí avala la guía APADE porque desde el Colegio de Enfermería de Madrid consideran que son supuestos que pueden asumir al “estar muy formadas y capacitadas” para ello. 

Las enfermeras de atención primaria reivindican la necesidad de ampliar las plantillas 

Tanto Rocha como González coinciden en que es necesario ampliar la plantilla de profesionales en atención primaria, y desde el Colegio de Enfermería de Madrid ponen cifras a esas carencias: “Faltan 3.000 enfermeras en la Comunidad”, defienden. Y esta falta de personal se agrava tras la puesta en marcha de la guía APADE, por la que las enfermeras asumen trabajos nuevos sin que se aumente su plantilla. 

La vicepresidenta de SEMAP alerta de que “se ha duplicado la carga de trabajo” y de que, incluso sin tener en cuenta este nuevo proyecto, ya necesitaban nuevas incorporaciones en los centros de salud que alivien la presión a la que están sometidas. 

Reorientar estilos de vida, charlas en colegios y visitas a domicilios, entre las labores de la enfermería de atención primaria

Más allá del proyecto de la Consejería, las profesionales explican a Newtral.es su trabajo como todo aquello que tiene que ver con el cuidado de la salud en todas las etapas de la vida. Hacen hincapié en la prevención y en la promoción de la salud, es decir, atender a personas que no tienen que tener una enfermedad o una patología, pero que necesitan ayuda o asesoramiento en algún ámbito. 

  • Prevención y promoción de la salud: En la práctica, supone, por ejemplo, ayudar a una persona a cambiar un estilo de vida relacionado con la alimentación, ayudar a dejar de fumar, mejorar su estado emocional y acompañar en procesos de duelo, como explica González, de SEMAP.
  • Atender procesos crónicos: Una atención que hacen sobre todo con gente mayor que tiene patologías crónicas, para intentar mejorar su situación dentro del ámbito de los autocuidados y los cuidados de enfermería. 
  • Intervenciones comunitarias o educación para la salud. Rosa Herrero es enfermera madrileña y pone en valor el papel que hacen con la educación. Cuenta que asisten a “colegios para promover desayunos saludables en los niños, informar a las familias y enseñarles cómo tiene que ser una dieta saludable”. Además en este ámbito entran también las actividades que hacen con los recursos de los barrios, las asociaciones o los ayuntamientos para promocionar la salud. Por ejemplo, con el Día de la Mujer, explica González, “muchas enfermeras salen a la calle y hacen actividades relacionadas con los cuidados o la prevención de la violencia de género”. Otra parte del trabajo de las profesionales de enfermería de atención primaria consiste en hacer grupos de personas que comparten alguna patología o estilo de vida para abordar temas concretos. Por ejemplo, con personas que tengan deterioro cognitivo o pérdida de memoria.
  • Visitas a domicilios: Las enfermeras se encargan también de hacer el seguimiento en las casas a personas que no tienen la capacidad para poder moverse y llegar al centro de salud. 
  • Curas, analíticas, toma de tensión, vacunación… La portavoz del Colegio de Enfermería de Madrid cuenta que han notado cómo, desde la pandemia, “se valora mucho más la vacunación” y no solo el momento del pinchazo, sino todo el engranaje necesario para poner en marcha y llevar a cabo una campaña. 

La prescripción de medicamentos y otras limitaciones de la enfermería en atención primaria 

Tanto González como Rocha y Herrero coinciden en que la prescripción de medicamentos es una de las principales reivindicaciones del sector. La portavoz del Colegio de Enfermería de Madrid explica que existe un plan a nivel nacional, que luego se adapta en cada comunidad autónoma y que hay determinados medicamentos relacionados con el protocolo de heridas que sí pueden indicar sin la autorización de un médico, como el paracetamol. 

Pero aún cuentan con muchas limitaciones. Una enfermera puede indicar la necesidad de determinados medicamentos, pero si no lo autoriza el personal de medicina, el paciente no puede acceder al producto. Eso, según Gonzalez, supone un retraso en la atención de determinados casos. “Después de haber atendido a una persona, no puedo recetar una pomada antibiótica, por ejemplo, lo tengo que derivar al médico”, relata la vicepresidenta de SEMAP. Poder recetar es, según Rocha, una reivindicación relacionada con el desarrollo profesional de las profesionales de enfermería de atención primaria. 

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