Los trasvases entre ríos generan conflictos, por ejemplo, a la hora de decidir cómo y cuánta cantidad de agua se transporta de un caudal a otro. Una de las polémicas actuales gira en torno al trasvase Tajo-Segura, y su debate se remonta décadas, hasta 1979, año de su puesta en marcha, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
El Tajo-Segura es un ejemplo de cuando el intercambio de agua entre ríos enfrenta a varias comunidades. De acuerdo con Andrés Molina Giménez, director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, la conversación alrededor de los trasvases “se ha politizado mucho”.
La polémica suele surgir con el anuncio de la construcción del trasvase y los primeros acuerdos –y desacuerdos– o bien en épocas de escasez de lluvias o sequía. “Para que haya un trasvase que funcione tiene que haber agua”, aclara Antonio de Lucas, autor de la tesis doctoral Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura. Razón por la que este tipo de conflictos ocurren menos en territorios en los que se registran más precipitaciones, como el centro de Europa.
Las épocas de escasez de agua aumentan la presión sobre los trasvases
La escasez del agua es una de las razones por las que se cuestionan trasvases como el del Tajo-Segura. En funcionamiento desde 1979, esta transferencia se basa en dos embalses de la cabecera del Tajo, el de Entrepeñas y el de Buendía, que regulan el cauce del río y permiten trasladar su agua a otros cauces del sur peninsular, de acuerdo con el Miteco.
Como todo trasvase, para evitar conflictos, tiene que garantizar el futuro del río del que se capta agua. De esta forma, como dice De Lucas, “no puede suponer nunca un perjuicio a la cuenca excedente”, por lo que se establecen las reglas de explotación, que limitan lo que se puede trasvasar. En el caso del Tajo-Segura son las siguientes, según el informe mensual del Miteco:
Nivel 1: el de mayor abundancia, cuando las existencias en ambos embalses igualan o superan los 1.300 hectómetros cúbicos (hm3), y la Comisión Central de Explotación autoriza 60 hm3 al mes.Nivel 2: las existencias de los embalses disminuyen hasta valores inferiores a 1.300 hm3 sin llegar a los valores establecidos para el nivel 3. En este escenario, el trasvase es de 27 hm3/mes.Nivel 3: situación hidrológica excepcional, cuando los embalses no superan unas cantidades que varían entre los 586 y los 688 hm3 dependiendo del mes del año. En estos casos, la ministra decide “discrecionalmente y de forma motivada” si se realiza un trasvase de un máximo de 20 hm3 mensuales.Nivel 4: las existencias conjuntas de Entrepeñas y Buendía son inferiores a 400 hm3 y no se puede realizar ningún trasvase.“El problema es que en el Tajo-Segura no hay agua, se vio que no había agua y se ha intentado solucionar”, manifiesta De Lucas, algo que incrementa las tensiones en períodos de sequía.
El conflicto del trasvase Tajo-Segura, causado por el riesgo del regadío
Aun así, los conflictos en los trasvases no suelen generarse cuando la finalidad del agua es el abastecimiento. Como matiza De Lucas, el consumo directo es prioritario a otros usos del recurso hídrico, como se recoge en el artículo 60 de la Ley de Aguas, lo que facilita la toma de decisiones sobre los trasvases. “En la práctica, [el destino del agua] los condiciona mucho”, indica.
De hecho, la polémica actual respecto al trasvase Tajo-Segura depende en gran medida de los usos del agua. El origen del conflicto se encuentra en la propuesta de elevar los caudales ecológicos –niveles mínimos del río para garantizar su vida y la del ecosistema a su alrededor– del Tajo planteada en el contexto de creación de su nuevo plan hidrológico hasta 2027.
Esto conllevaría un aumento en los desembalses o vaciados parciales hacia el Tajo desde Entrepeñas y Buendía, como advertía la Confederación Hidrográfica del Tajo en un informe de 2020 (p. 82).
Así, se pone en riesgo parte del trasvase hacia el Segura, que se destina a abastecimiento y regadío. Como el consumo directo de la población es prioritario, quienes se verán perjudicados son los regantes. “Para regadío prácticamente no va a haber caudal para trasvasar”, expone Molina. Desde su organización calculan que la reducción anual será de 110 hm3 de los en torno a 160 hm3 que llegan para regadío.
“Eso supone el cierre de explotaciones, pérdida de empleo… Para la balanza de pagos española puede ser una situación bastante grave”, considera el director del Instituto de Aguas. Si bien Molina reconoce que existe la alternativa de usar agua desalada, su precio es mayor, por lo que el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura ha convocado manifestaciones en protesta, como la del miércoles 11 de enero de 2023 en Madrid.
El problema de la politización de los conflictos sobre los trasvases
A juicio de Molina, uno de los mayores problemas es que los conflictos alrededor de los trasvases se han politizado. “La defensa de los trasvases se ha situado en las cuencas receptoras y de manera más intensa los partidos de la derecha, mientras que las posturas en contra de los trasvases se han situado en el otro espectro político”, la izquierda, y en los lugares donde se capta el agua, destaca Molina.
El experto lamenta la coyuntura actual. Bajo su punto de vista, el de los trasvases es un conflicto técnico y no político. “El mensaje sería intentar evitar la politización de este tema y basar las decisiones en criterios puramente técnicos, incluyendo los aspectos socioeconómicos”, sostiene.
Otros conflictos por el agua más allá del trasvase Tajo-Segura
Pese a que el conflicto del trasvase del Tajo-Segura es, según Molina, el más importante en la actualidad, hay otros ejemplos de polémicas alrededor del intercambio de agua. A nivel nacional, De Lucas menciona el del Negratín-Almanzora, que puede trasvasar 50 hm3 al año, según el experto, lejos de los 650 hm3 anuales del Tajo-Segura. En este trasvase se plantea un conflicto de intereses entre el regadío de la cuenca del Guadalquivir, donde se encuentra el Negratín, y el de la zona del Almanzora, que recibe el recurso hídrico. “Es un agua que los regantes potenciales que puede haber en el Guadalquivir (...) no perciben”, desarrolla.
Otro ejemplo es el conflicto alrededor del trasvase Júcar-Vinalopó. Según Domingo Baeza Sanz, socio de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) y profesor de Ecología en la Universidad Autónoma de Madrid, la escasez de agua está detrás de la polémica. “Casi todos tienen la misma causa: el Júcar es un río que no está como para tirar cohetes”, verbaliza.
Incluso pueden alcanzar el ámbito internacional y de la geopolítica. Es el caso del trasvase de Ucrania a Crimea, que, como comenta el experto, comenzó con el cierre del canal por parte de Ucrania después de la invasión rusa de Crimea en 2014. De acuerdo con De Lucas, Rusia volvió a abrir este canal cuando ocupó militarmente la zona después de su invasión de Ucrania en 2022.
Fuentes
Página web sobre el trasvase Tajo-Segura del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco)
Andrés Molina Giménez, director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante
Antonio de Lucas, autor de la tesis doctoral ‘Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura’
Informe de situación de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura a diciembre de 2022
Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas
Esquema de temas importantes de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Tajo publicado por la Confederación Hidrográfica del Tajo en diciembre de 2020
Página web del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura
Domingo Baeza Sanz, socio de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) y profesor de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid