“Observen las previsiones de lluvias entre el 16 y el 21 de abril de 2023. Península Ibérica una ISLA DE SEQUEDAD, pero Marruecos, al sur, curiosamente bien azulito, regadito y fértil”. “Diluvia en el secarral de Marruecos, la nueva huerta de Europa”. Con mensajes como estos, una nueva narrativa sugiere que se están desviando las lluvias desde la península ibérica hacia el país africano para favorecer a su sector agrícola y que sea este quien abastezca al viejo continente.
Pero son desinformaciones. Hoy en día es “absolutamente imposible” desviar las lluvias de un lugar a otro porque se necesitaría la energía equivalente a cientos de bombas nucleares y la lluvia en Marruecos en la tercera semana de abril de 2023 se debe a que una zona de bajas presiones sobre Argelia estaba arrastrando hacia sí una corriente de aire húmedo del Mediterráneo que chocaba con las montañas del Atlas (una cordillera marroquí de gran altitud), como explican los expertos consultados por Maldita.es. Además, no es tan inusual que llueva en Marruecos, especialmente sobre este sistema montañoso, y el actual episodio de sequía está afectando a Marruecos más que a España, como puede comprobarse en fuentes científicas abiertas al público.
Qué dicen los contenidos desinformadores
Los días 18 y 19 de abril se han publicado contenidos compartiendo una imagen con previsión de lluvias en Europa y el norte de África con mensajes como: “¿Alguien nota algo raro en la imagen?” (en Twitter); “en toda Europa llueve. También diluvia en el secarral de Marruecos, la nueva huerta de Europa. Pero en España solo queda sequía extrema y demolición de presas” (en Twitter), o bien “¿Creen que es natural? La nueva huerta 2030 a costa de arruinar al campo del Reino de España (...) Agricultores, ganaderos y pescadores habrán DESAPARECIDO y en las tiendas solo habrá grillos transgénicos y vegetales de Marruecos a precio de oro” (en Telegram).
Aunque no lo dicen explícitamente, estas publicaciones sugieren que se están desviando hacia Marruecos las lluvias que corresponderían a la península ibérica, o bien que se están disolviendo las nubes que llegan a ella para que persista la sequía. Es lo que entienden varias personas que comentan estas publicaciones, con mensajes como “nubes disueltas”, “fumigaciones para alterar las lluvias”, etc.
Con la tecnología actual es “absolutamente imposible” desviar las lluvias
“Hoy en día es absolutamente imposible desviar un frente [una zona de transición entre dos masas de aire de la atmósfera que a veces trae lluvias, como ahora] y modificar su trayectoria”, explica Cayetano Torres, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). “Un frente lleva asociados millones y millones de julios de energía (...) Ni siquiera con la bomba atómica más potente que conozcamos puedes evitar que un frente vaya avanzando porque la energía de la atmósfera es bastante superior a las energías que se pueden manejar en una explosión atómica. Es ciencia ficción”, explica.
Poniendo cifras a los escenarios de ficción que dibujan narrativas como esta, donde supuestos aviones ‘roban’ o ‘disuelven’ nubes de lluvia, el meteorólogo y divulgador Benito Fuentes ha calculado cómo tendrían que ser dichas aeronaves para cumplir su objetivo. Para poder ‘recoger’ un pequeño frente de lluvias y trasladarlo hacia otro lugar, un avión necesitaría albergar un depósito con capacidad para 20 millones de toneladas de agua. Si quisiera simplemente disolverlo, evaporarlo, necesitaría aplicar la energía equivalente a 730 bombas como la que impactó sobre Hiroshima (Japón) en 1945.
¿Qué requisitos técnicos necesita una avioneta antilluvia para deshacer un frente? Abro hilo 🛩️🌧️☠️ pic.twitter.com/zLQh2WLs8e
— Benito Fuentes (@metbeni) November 28, 2022Si el objetivo de dicho avión fuese fumigar aerosoles sobre la nube, aún utilizando sustancias extremadamente eficientes, el depósito para transportarlas sería igualmente gigantesco: el equivalente a unos cuatro estadios Santiago Bernabéu, según Fuentes. Por último habla de los intentos de romper granizo con cañones sónicos (una técnica distinta al yoduro de plata antigranizo, del que ya hemos hablado en Maldita.es), cuya eficacia es igualmente dudosa.
Suponiendo que mis aerosoles son esféricos y no dejan espacio entre ellos (matemáticamente imposible) solamente necesito un depósito de 4 000 000 metros cúbicos, equivalente a 4 Santiagos Bernabéu pic.twitter.com/MCSLmax1jM
— Benito Fuentes (@metbeni) November 28, 2022Entrada de aire húmedo del Mediterráneo que choca con las montañas del Atlas marroquí
La imagen que usan los contenidos virales está generada por un modelo matemático que predice la precipitación que se acumulará en un lugar en la semana siguiente a la fecha de consulta. En este caso se trata de la previsión de precipitación acumulada desde el domingo 16 hasta el viernes 21 de abril de 2023. Pero estos contenidos se publicaron el martes 18 y miércoles 19 de abril, es decir, dos o tres días después de la fecha de consulta.
Ese es su primer error, explica la física y meteoróloga Isabel Moreno, pues las previsiones meteorológicas se actualizan de forma constante, reduciendo la incertidumbre de las previsiones. Consultado, por ejemplo, el miércoles 19 de abril (cuando se publicaron varios contenidos desinformadores), el modelo ya habría previsto para el viernes 21 la llegada de lluvias a Portugal y Galicia y lluvias dispersas en algunas zonas del oeste peninsular, como se comprueba en el tuit que la organización publicó en esa fecha.
¿Por qué se esperaba lluvia abundante en Marruecos y muy poca en España en la tercera semana de abril? La respuesta que Samuel Biener, geógrafo de Meteored, aporta a Maldita.es el miércoles 19 de abril es que “las precipitaciones que se esperan en Marruecos coinciden con la cordillera del Atlas” que supera en algunos puntos los 4.000 metros de altura. En general se esperaban lluvias en el norte del continente africano “por la interacción de los vientos marítimos, cargados de humedad, con el relieve de todo ese sector”.
También el miércoles 19 de abril, Cayetano Torres, de la AEMET, coincidió con Biener en señalar una zona de bajas presiones en Argelia que estaba arrastrando hacía sí un flujo de aire húmedo desde el Mediterráneo. Estos vientos estaban impactando contra la cordillera del Atlas, dejando tormentas en el norte de Argelia y en las zonas más montañosas del norte de Marruecos. Además, hay otra zona de bajas presiones en el Atlántico que se queda cerca de la península y Marruecos.
En España “de momento estamos en tierra de nadie, entre altas y bajas presiones, por lo que más allá de algunos chubascos dispersos domina el tiempo estable”, continuaba Biener el 19 de abril. Benito Fuentes explicaba por su parte que ese tiempo estable y sin nubes se producía porque sobre la península ibérica estaba situada una dorsal (una zona de altas presiones situada entre dos zonas de presión menor). Esta dorsal, continuaba Biener, “cederá momentáneamente en esta segunda mitad de la semana [del miércoles 19 en adelante], permitiendo la llegada de un frente activo desde el Atlántico y aire frío en altura que ayudará a generar chubascos y tormentas que afectarán a más lugares”.
Sí, en algunas zonas de Marruecos llueve…
“Existe la creencia de asociar a Marruecos (y otras zonas del norte de África) con el desierto cuando, en esta cordillera precisamente [el Atlas], en algunas zonas la pluviometría media anual ronda o supera los 1.000 l/m2, bastante más que muchas zonas de España”, dice Samuel Biener, de Meteored.
En este vídeo generado por Maldita.es con un visor de la NASA sobre precipitación se comprueba la normalidad de las lluvias sobre el país africano. En este caso hemos seleccionado el periodo 2000-2023 el día 19 de cada mes para que finalice en el 19 de abril de 2023.
… pero su episodio actual de sequía está siendo en algunas zonas más grave que en España
Pese a que la pluviometría anual de Marruecos sea mayor de la que solemos imaginar, el país norteafricano atraviesa también un episodio de sequía que en algunas zonas es más severo que el de la península ibérica. Puede comprobarse en el visor interactivo que ofrece el Observatorio Europeo de la Sequía (EDO por sus siglas en inglés), perteneciente al programa europeo Copernicus de observación por satélite.