La situación de sequía en Cataluña, calificada de “extrema” por la Agencia Catalana del Agua (ACA), ha obligado al Govern a anunciar el estado de excepcionalidad en 224 municipios de la comunidad, como especifican en una nota de prensa.
“Pasamos del semáforo amarillo, estado de alerta, al naranja, estado de excepcionalidad. Es el cuarto escenario de acción contra la sequía de un total de cinco”, informó en una rueda de prensa la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà.
Para el marco “naranja”, el Govern catalán tiene reservadas una serie de medidas para paliar los efectos de la sequía, como la reducción del uso del agua en algunos ámbitos como el agrícola o el industrial, así como la prohibición de riego en zonas verdes.
El presidente de Cataluña, Pere Aragonès, compartió el anuncio en un tuit en el que alertó que “es imprescindible hacer un uso racional del agua para evitar que los efectos se agraven”.
224 municipios y cerca de seis millones de habitantes afectados por las medidas de ahorro de agua
En 2020, el Govern aprobó un plan especial de sequía para vigilar y controlar los episodios de escasez de agua en Cataluña. Este programa, como recoge la web de la Generalitat, divide el territorio catalán en 18 zonas según las cuencas hidrográficas, y no todas tienen el mismo estado.
De hecho, los datos que han hecho sonar las alarmas varían según las zonas: dos de ellas están “en situación de normalidad”, tres en prealerta, nueve en alerta y cuatro en excepcionalidad, señala el gobierno autonómico. Por tanto, según sus estimaciones, serán 224 municipios los que se encuentren en este último escenario, que se traduce en aproximadamente seis millones de habitantes. Entre estos, los ciudadanos de Barcelona, Badalona o Sabadell.
¿Qué supone estar en estado de excepcionalidad por sequía? Dentro del escenario “naranja”, hay previstas algunas medidas generales y desde la Generalitat ya han anunciado algunas concretas. En las zonas afectadas, se reducirá el uso del agua en varios casos: un 40% en usos agrícolas, un 15% en industriales y para usos lúdicos.
Además, de reducciones, se estipulan varias prohibiciones, como la limpieza urbana con agua potable o el riego en zonas verdes, tanto públicas como privadas. De hecho, solo se podrá utilizar el agua para regar con el fin de “mantener vivo el arbolado y haciéndolo gota a gota o con regaderas”.
En cuanto al uso personal, los municipios estarán obligados a limitar la dotación de agua por habitante a 230 litros al día por cada ciudadano. El ejecutivo catalán ha compartido a través de un cartel todas las restricciones que supone el estado de excepcionalidad por sequía.
Tras el anuncio de la consellera el 28 de febrero y la aprobación de un decreto ley, como expone la nota de prensa del Govern, se prevé que las medidas entren en vigor entre el 1 y el 3 de marzo.
La escasez de lluvia y embalses al 27% de su capacidad: las principales razones tras la sequía en Cataluña
Las actuaciones del gobierno autonómico llegan después de haber evaluado la situación de Cataluña con la Comisión Interdepartamental de Sequía, de la que forman parte varios departamentos: Presidencia, Acción Climática, Interior, Empresa y Trabajo y Salud. A esto se suma, como afirma la Generalitat, el descenso continuo de las reservas “tras 25 meses sin abundantes lluvias en las cabeceras de los ríos”.
A 1 de marzo de 2021, las reservas de agua de los embalses catalanes se situaron de media en el 28%. Sin embargo, algunos en concreto se sitúan por debajo del 25% (porcentaje a partir del cual se pasa al estado de excepcionalidad). Es el caso del embalse de Sau que, según los datos del Govern, está a un 14,6% de su capacidad, mientras que en 2020, estaba al 88,5%.
En una situación peor está el embalse de Riudecanyes, con un 9,1% de su capacidad. Hace tres años, se situaba en un 98%. Otro ejemplo: el embalse de Siurana, que ha pasado de un 94,8% en 2020 a un 7,8%. Ambos se encuentran en la provincia de Tarragona. La falta de lluvia y nieve es la principal causa de la escasez de reservas ya que, como apunta la Generalitat, son las que nutren los embalses.
El embalse catalán con mayor porcentaje de reservas es el de Foix, en la provincia de Barcelona, completo al 76,3% de su capacidad (hace tres años, estaba al 100%). El resto se encuentra entre el 26% y el 40%.
Los colores del semáforo de la sequía en Cataluña
El plan especial catalán para monitorizar la situación de las cuencas interiores de la autonomía utiliza un semáforo con un código de colores para etiquetar la situación de cada uno de ellos en función de las reservas de los embalses. Estos colores marcan, por tanto, los distintos niveles. Como resaltó Jordà, Cataluña se encuentra en el cuarto de los cinco niveles existentes.
- El primer nivel recibe el color azul y refleja un estado de normalidad. Como define el plan, en este escenario “no existe evidencia de posibles desajustes a corto y medio plazo”.
- El color verde sitúa a la zona concreta en un escenario de prealerta: las reservas se encuentran por debajo del 60%. En este caso, se pueden activar acciones como la producción de agua desalinizada para mantener las reservas.
- Cuando las reservas de un embalse están por debajo del 40%, se activa el color amarillo, que simboliza un estado de alerta. Las medidas pensadas para estos casos van desde reducir el riego para uso agrícola un 25%o reducir las extracciones de agua de los embalses.
- El color naranja, el actual de Cataluña, se activa cuando el escenario de sequía ya es excepcional. Las reservas están por debajo del 25% y las reducciones se intensifican. Además, se prohíbe el uso de agua en determinadas zonas urbanas.
- En el último nivel se sitúa el color rojo: si las reservas catalanas están por debajo del 16%, la región entraría en estado de emergencia. Las medidas serían más severas, llegando a suprimir el riego agrícola e incluso el lavado de vehículos.
