Circulan por Facebook y Twitter mensajes que aseguran que la Unión Europea (UE) está considerando implementar “confinamientos climáticos para los países miembros que superen los niveles de contaminación”. Pero es un bulo.
No hay registro de tales declaraciones y, tal y como ha desmentido la propia institución a Newtral.es, es “completamente falso”.
La UE no está considerando “confinamientos climáticos”
“#Urgente. La UE ya habla de confinamientos climáticos para los países miembros que superen los niveles de contaminación. Por el bien de todos”, se lee en un tuit de una cuenta ya conocida por difundir desinformación. La captura de dicho tuit se ha compartido también en Facebook. Pero es un bulo.
A través de una búsqueda en la página web de la Comisión Europea y en sus cuentas oficiales de Twitter, tanto en inglés como en español, no hemos encontrado ningún registro de declaraciones donde se considere implementar “confinamientos climáticos”, como afirman los mensajes virales. Tampoco aparece en la cuenta de Twitter de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y que aparece en la imagen que acompaña al texto viral.
Además, desde el gabinete de comunicación de la institución han confirmado a Newtral.es que se trata de un bulo. “Lo hemos comprobado y este contenido es falso y un completo sinsentido”, señalan.
En el Pacto Verde Europeo, donde los estados de la UE se comprometen a lograr la neutralidad climática en 2050 a partir de varias iniciativas, no se menciona en ningún momento los supuestos “confinamientos climáticos” de los que habla el texto viral.
Un bulo similar en Oxford
Al igual que los supuestos “confinamientos climáticos” en la UE, en diciembre de 2022 ya se viralizó el contenido falso de que en la ciudad británica de Oxford se iban a imponer estos encierros. Según ese bulo, los confinamientos se implementarían en 2024 con “puertas electrónicas” para que los residentes no puedan salir de su vecindario.
Pero como verificamos en Newtral.es, el contenido viral malinterpretaba un proyecto piloto para restricciones de coches privados en seis calles de la ciudad en horas concretas para evitar atascos, que no incluían peatones ni transporte público y no suponían en ningún caso una “puerta electrónica”.
