Las cocinas de gas, en el punto de mira por el asma infantil: “es como ser fumador pasivo”

1 year ago 145

Cocinas de gas y salud | M. Viciosa

¿Podríamos ver un día advertencias de salud en las cocinas de gas similares a las de las cajetillas de tabaco? Es lo que desde algunas organizaciones se pone sobre la mesa. Pese a su enorme popularidad en el sector hostelero y, tradicionalmente, en los hogares, las cocinas de gas (natural o butano) tienen riesgos para la salud respiratoria, como se pone de manifiesto en la creciente evidencia investigada y publicada en las últimas cuatro décadas.

Pero último de estos estudios (que revisa otra veintena) arroja cifras contundentes: uno de cada ocho casos de asma infantil se relaciona con la exposición a cocinas de gas en casa. En concreto, a las sustancias derivadas de su quema, explica desde Nueva York uno de sus autores, Talor Gruenwald (consultor científico en Rewiring America). “Hay estudios que indican que es como ser fumador pasivo”, ejemplifica.

En Estados Unidos se ha abierto el debate abruptamente, después de que su Comisión de Consumo haya deslizado la idoneidad de –como mínimo– limitar su uso. La ciudad de Nueva York, de hecho, ya tiene un calendario para prohibir la instalación de gas doméstico, a la luz de las últimas investigaciones sobre el impacto en la salud de estas cocinas –además del conocido papel en la alteración del clima–.

En Europa, más de 700.000 casos de asma infantil (hasta el 12%) se podrían evitar por no exponerse a los productos de la combustión del gas en casa, según otro informe presentado por la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA), la organización de eficiencia energética CLASP, y la Organización Neerlandesa para la Investigación Científica Aplicada (TNO). Según recogen, “el impacto de cocinar a gas en el asma infantil es comparable al del humo de un fumador en casa”. Suena terrible, ¿es para tanto? Vamos con los matices.

Bronquios irritados por las cocinas de gas

El impacto en la salud del uso del gas –paticularmente, el doméstico– ha sido infraestimado, cree la neumóloga Ebymar Arismendi, experta en asma del Hospital Clínic Barcelona. “Los resultados de los estudios dejan bastante claro que la contaminación en casa y específicamente la de cocinas de gas, pueden aumentar la irritación de las vías aéreas. Y esto puede llevar a la aparición de asma en la población infantil o empeorar su desarrollo y curso”.

El mecanismo irritante es sencillo. Sustancias que se desprenden en la combustión del gas en casa, si no se dispersan, se respiran y desatan en el organismo la producción “de alarminas, que serían sustancias que activan a otras que provocan la inflamación”. Con ella, “el estrechamiento de la luz (el conducto abierto) del bronquio, que es más pequeño en los niños”.

¿Esto se ve en el día a día de la consulta? La experiencia clínica cotidiana de la doctora Arismendi va de la mano de estos estudios. “Definitivamente tenemos muy claro que para cualquier patología respiratoria las condiciones en las que vive o a las que está expuesto de forma ambiental el paciente son claves”. Cuando se reduce esa exposición “el paciente mejora”.

“La alarma debe encenderse sin pánico. Todo lo respirado influye en la salud pero faltan muchos datos por obtener y no todas las cocinas están igual de ventiladas”

¿Significa esto que hay generaciones de pequeños condenados a desarrollar asma u otras patologías? Definitivamente, no. “Esta alarma debe encenderse sin generar pánico. Todo lo que respiramos influye en nuestra salud. Pero aquí faltan muchos datos por obtener. Probablemente no todas las cocinas de gas tengan el mismo drenaje y no todas las casas tengan la misma ventilación”, matiza, sin restar importancia a esta fuente de exposición menos conocida que la contaminación en la calle, más regulada.

Niveles tóxicos por encima del umbral límite deseable, pero evitables

Carlota Saenz de Tejada es investigadora sobre salud y vivienda de ISGlobal y asegura, con cierta ironía, que conoce a “gente que es su vida ha usado la campana extractora”. ¿Es el extractor la solución a todos lo males del gas en la cocina? Es un claro paliativo, igual que cocinar con una ventana abierta, pero “no hay una receta única para todas las viviendas”. 

“Sí es importante que vayamos sabiendo cada vez más para mantener una buena calidad del aire interior sin necesidad de grandes inversiones en aparatos sofisticados o en ventilación mecánica que muchas veces no están al alcance de todo el mundo”, precisa esta investigadora postdoctoral en la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud. Y, desde luego, eliminar en lo posible esas fuentes de contaminación.

Eric Lebel (científico en el PSE), autor de dos estudios sobre el impacto de las cocinas de gas y calderas de combustión en la salud, descubrió que buena parte de las viviendas de Estados Unidos directamente no son seguras para sus moradores. 

“En las casas más pequeñas con ventilación más deficiente, las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) podrían exceder los umbrales establecidos por las agencias de regulación (usados para el aire exterior), sólo por usar la cocina de gas”, explica Lebel desde California, donde hasta el 70% de la población prepara la comida con gas. En Europa, sólo en Italia es tan popular (67%).

“Actualmente no existen estándares para la calidad del aire interior” precisa Lebel. A las mismas conclusiones llegó Gruenwald, quien no descarta que sean las viviendas más humildes las que más padezcan los efectos del gas doméstico “por su tamaño o condiciones de ventilación”.

En este sentido, Sílvia Borràs, investigadora en calidad del aire y microbioma aéreo de ISGlobal, cree que “la línea de la Unión Europea, que más o menos ya tiene abordado el tema de la contaminación exterior, va a ir a por la calidad del aire interior”, para determinar umbrales límite y regular. Es decir, a corto plazo no se vislumbran decisiones drásticas sobre el uso del gas en casa.

Pero Gruenwald sí urge a las agencias reguladoras a, como mínimo, “incluir un etiquetado de advertencia, como con el tabaco“.

¿Qué tóxicos respiramos al quemar gas? ¿Se fuga metano por la cocina?

El estudio de Eric Lebel descubrió que en el 99% de las ocasiones en que se quema de gas en cocinas, se producen hasta 12 contaminantes peligrosos para la salud (HPA, por sus siglas en inglés). Entre ellos, destaca no sólo ese NO2, sino monóxido de carbono (CO), el formaldehído o el benceno; estos últimos, en altas concentraciones y exposiciones reiteradas pueden resultar cancerígenos.

Loading…

La quema de gas, independientemente de si ocurre en una cocina, en el motor de un vehículo o en una planta que produce electricidad, emite dióxido de carbono. Sin embargo, más que una amenaza para la salud, es un gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global. 

También lo es el propio metano, es decir, el típico gas que llega por tubo a casa. “Sabemos que el metano sin quemar puede filtrarse desde todos los componentes de la cadena de suministro y distribución –dice Eric Lebel– el metano se puede escapar desde el propio electrodoméstico”.

Las pequeñas fugas de gas en el suministro equivalen a las emisiones de medio millón de automóviles.

Puede parecer poco, pero “las emisiones anuales de metano de la cocinas de gas, sólo en los Estados Unidos, son similares al impacto climático de las emisiones anuales de carbono medio millón de automóviles”. Y esto va más allá de la salud. “El metano el más potente gas de efecto invernadero”.

De ahí que tanto el panel de expertos del clima de la ONU (IPCC) como la comunidad médica en torno al informe Lancet Countdown aboguen por el abandono más pronto que tarde de los combustibles fósiles, en la cocina y fuera de ella, donde se producen el grueso de emisiones.

La doctora Arismendi, que coincide, cree que la responsabilidad de las personas expertas es “presentar la evidencia” y que las administraciones regulen. “El camino finalmente será este, pero no podemos ahora generar pánico en la gente que está con cocinas de gas”. Esta es una pieza más en el puzle de la salud y el clima. La mayoría del carbono por actividad humana proviene de la producción energética y el transporte (no de los hogares). La mayoría del metano, de la ganadería intensiva.

Gas, más allá del asma, una cuestión de salud y clima

El gas natural es esencialmente metano (CH4). “Es un gas de efecto invernadero tan fuerte –explica Lebel–, más de 80 veces más fuerte que el CO2 en 20 años, que minimizar y eliminar sus fugas es una forma de reducir el impacto climático de estos electrodomésticos”, incluso aunque no se encienda. En esto se sostienen las políticas de prohibición de instalar más gas en las viviendas de Nueva York.

Y ese calentamiento global se traduce en fenómenos extremos que también cuestan vidas y tienen impactos paralelos. “Si tú haces un huevo frito en tu casa, en una cocina, el gas viene del centro del Sáhara de Hassi R’Mel (Argelia)”, añade el ingeniero e investigador en seguridad y política energética del ODG Alfons Pérez. “En ese tránsito ya puedes imaginar todos los impactos que hay a nivel territorial, a nivel ambiental y a nivel climático”.

Pero ni tú, ni tu huevo frito sois culpables de los males del mundo, aclara. Y aquí es donde se abren los debates sobre transición energética y modelos consumo, que se han abierto paso en las últimas cumbres del clima. El foco se ha ido desplazando hacia el gas, tras el estallido de la guerra en Ucrania. Y la derivada sobre su impacto en la salud se ha colado –literalmente– hasta la cocina.

Este reportaje es un contenido libre dentro de un proyecto sobre energía, clima y medio ambiente del Departamento de Comunicación del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) producido por Newtral. Se distribuye bajo licencia Creative Commons 4.0. Puedes copiar y difundir su contenido. Los medios de comunicación pueden solicitar material adicional al Departamento de Comunicación de CREAF.

Fuentes

Estudio sobre asma y cocinas de gas de Gruenwald et al, ‘IJERPH’, 2022

Informe sobre cocinas de gas en Europa, CLASP

Estudio sobre NOx y metano de Lebel et al., ‘Environmental Science & Technology’, 2022

Estudio sobre exposición por calentadores de gas de Lebel et al., ‘Environmental Science & Technology’, 2022

‘Lancet Countdown’ report, 2022

Talor Gruenwald, investigador Rewiring America

Ebymar Arismendi, Clínic Barcelona

Eric Lebel, asesor científico PSE

Alfons Pérez, ODG

Carlota Saenz de Tejada, investigadora ISGlobal

Sílvia Borràs, investigadora ISGlobal

Read Entire Article