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Republicamos parcialmente este artículo de Factchequeado, publicado originalmente el 18 de noviembre de 2024.
“Los gérmenes no son reales [...] No puedo verlos, por lo tanto, no son reales”. “No creo haberme lavado las manos en 10 años”. Estas son algunas de las afirmaciones que pronunciaba en 2019 Pete Hegseth, veterano de guerra y presentador, en la cadena Fox News. Tras ser nombrado próximo Secretario de Defensa de los Estados Unidos por el presidente electo Donald Trump, sus palabras han vuelto a circular por redes sociales.
Sin embargo, las afirmaciones de Hegseth no son ciertas: la evidencia y el consenso científico demuestran que los gérmenes sí existen y estos sí pueden observarse si se utiliza la herramienta adecuada: el microscopio. De hecho, así lo señalan los Centros para le Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la Clínica Mayo y muchos otros organismos de salud.
Dato: que un presidente electo nombre a miembros de su gabinete no quiere decir que necesariamente ocuparán el cargo. El artículo II de la Constitución de los Estados Unidos establece que los nombramientos deben recibir la aprobación del Senado. Según las reglas del Senado, cada nominado a ocupar un puesto en el gabinete debe recibir el voto favorable de la mayoría simple (la mitad más uno) de los presentes.
Explicamos qué son los gérmenes, por qué no se ven a simple vista y cómo lavarse las manos con agua y jabón ayuda a prevenir su propagación.
Qué son los gérmenes y por qué no se ven a simple vista
Los gérmenes son microorganismos. Esto significa que sólo se pueden observarse a través de un microscopio. Así lo explica MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que añade que estos se pueden encontrar en todas partes: desde en el aire o el suelo hasta en el agua o el propio cuerpo.
Si bien “muchos gérmenes viven dentro y sobre nuestros cuerpos sin causar daños e, incluso, nos ayudan a mantenernos saludables”, algunos pueden causar enfermedades. De hecho, los gérmenes son los responsables de causar enfermedades infecciosas.
Cómo se transmiten los gérmenes
Los gérmenes pueden propagarse de diferentes maneras, como indica la Biblioteca Nacional de Medicina. Una de las más comunes es el contacto directo con una persona infectada, ya sea al besar, abrazar o compartir objetos como tazas o cubiertos.
También pueden transmitirse al inhalar partículas en el aire cuando alguien infectado tose o estornuda. Otra vía frecuente de infección es el contacto con heces contaminadas, por ejemplo, al cambiar pañales y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca sin haberse lavado previamente las manos.
Además, tocar superficies u objetos con gérmenes y llevarse las manos al rostro facilita su propagación. Los gérmenes también pueden transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto, a través de picaduras de insectos o mordeduras de animales, y mediante la ingesta de alimentos o agua contaminada.
Por qué es aconsejable lavarse las manos con agua y jabón
A pesar de que Hegseth afirmó en 2019 que creía que no haberse lavado las manos en 10 años (dando a entender que no pasaba nada por no hacerlo, ya que no había enfermado), este gesto es una de las formas más efectivas de mantenerse saludable, como señalan los CDC.
“Lavarse las manos puede mantenerlo sano y evitar la propagación de infecciones respiratorias y diarreicas”, precisa el organismo. El motivo, añade, es que este hábito elimina los gérmenes de las manos, reduciendo así el riesgo de infecciones: “Las personas tienden a tocarse los ojos, la nariz y la boca sin ser conscientes de ello, lo que facilita la entrada de gérmenes al cuerpo, pudiendo causarnos enfermedades”.
De aquí que sus recomendaciones incluyan el lavado de manos, especialmente en momentos clave en los que el riesgo de contraer y transmitir gérmenes es mayor: antes, durante y después de preparar alimentos; antes y después de comer, de cuidar a alguien enfermo y de tratar cortes o heridas; y después de usar el baño, cambiar pañales o limpiar a un niño que ha usado el baño, sonarse la nariz, toser, estornudar, tocar animales o manipular alimentos para mascotas.
Cómo lavarse las manos con jabón
El primer paso es mojarse las manos, y aplicar suficiente jabón como para cubrir toda su superficie. Acto seguido, frotarse las palmas entre sí y una sobre otra, entrelazando los dedos, tanto por arriba como por abajo. Posteriormente, se frota el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos.
Se continúa rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, frotándolo con un movimiento de rotación, y viceversa. Luego se frota la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
Acabado el lavado de manos, toca enjuagarlas y secarlas con una toalla de un sólo uso, que debes usar para cerrar el grifo.
Cómo lavarse las manos. Fuente: OMS.
Cómo lavarse las manos con desinfectante
“Si no dispone de agua y jabón, puede utilizar un desinfectante para manos a base de alcohol que contenga al menos un 60% de alcohol”, indican los CDC. Para saber si cumple con este requisito, puedes revisar la etiqueta del producto.
El lavado adecuado con desinfectante conlleva sólo entre 20 y 30 segundos, según la OMS. Para ello, hay que seguir las mismas recomendaciones que para el lavado con jabón.
La OMS te lo explica mejor en esta imagen:
Cómo desinfectarse las manos. Fuente: OMS.
