“Presas”, “azudes”, “embalses”, “pantanos”... son algunos de los términos relacionados con la interrupción de los ríos y algunos se usan como sinónimos aunque no lo son. Te explicamos qué son las barreras fluviales y qué tipos existen.
Las barreras fluviales son obstáculos que modifican el funcionamiento natural de los ríos. Los principales tipos son las presas y los azudes; otras menos conocidas son los vados, las esclusas y las rampas. Por otro lado, los embalses son depósitos de agua artificiales, mientras que los pantanos son zonas donde se acumula el agua de forma natural.
Investigaciones recientes concluyen que la mayoría de las barreras fluviales en Europa, estimadas en más de un millón, son pequeñas y miles de ellas están obsoletas. “La política medioambiental de la Unión Europea (UE) reconoce cada vez más la importancia de los ríos que fluyen libremente y permiten la libre circulación de agua, sedimentos, peces y otros organismos”, continúa la agencia medioambiental de la UE.
Presas: muros que detienen y acumulan el agua formando un embalse
Una presa o represa es una pared construida sobre un río o un arroyo que acumula agua formando un embalse. “La presa es una estructura de mucha envergadura cuyo objeto es embalsar agua para diversos usos, ya sea con fines agrícolas, industriales, para producción de energía o regulación de caudales y mitigación de inundaciones”, explica Fernando Abadía, miembro del Comité Asesor del Comité Nacional Español de Grandes Presas, a Maldita.es. Estas construcciones, que pueden ser de hormigón o piedra, también se levantan para evitar inundaciones en las zonas cercanas a un río.
Crear embalses a partir de presas es útil porque sirven para obtener agua potable, regular riadas o producir energía eléctrica, pero también pueden generar algunos problemas, como perjudicar la calidad del agua al retenerla. Además, las presas impiden el paso a los peces migratorios (como el salmón y la trucha, que remontan ríos para reproducirse) y contribuyen a su disminución.
Azudes: construcciones más pequeñas que no buscan almacenar agua
A diferencia de las presas, existen construcciones más pequeñas llamadas azudes, que no buscan almacenar el agua, ya que el agua rebosa por la parte superior, como explica la Agencia Europea de Medioambiente.
“El azud es una estructura rebasable, generalmente de poca altura, que sirve para elevar el nivel de la lámina de agua con objeto de alimentar una derivación o una toma para fines de suministro, pero no embalsa agua ni tiene capacidad para ello”, agrega Abadía. Es decir, estas estructuras no afectan al suministro de agua de forma importante.
Según explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el azud es una construcción de origen árabe que se realizaba habitualmente con el objetivo de elevar el nivel de agua de un arroyo o río para desviar parte del caudal a las acequias cercanas y facilitar con ello el riego de los campos y cultivos de la zona.
Muchos de los azudes de España existen desde hace décadas y son infraestructuras que requieren mantenimiento: con tantos años de funcionamiento, su estructura puede romperse y puede causar inundaciones río abajo e inundar campos enteros, con los consiguientes impactos ambientales y económicos. Según datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en los últimos años se han derribado en España decenas de azudes y pequeñas presas obsoletas.
Otras estructuras menos conocidas: vertederos, esclusas, vados y rampas
Además de las presas y los azudes, también existen otras estructuras, como vertederos, vados, esclusas y rampas, explica la Agencia Europea de Medio Ambiente. Un vertedero o aliviadero es una estructura hidráulica para el vertido de caudales de grandes crecidas.
Una esclusa es una estructura móvil, como un ascensor, que tiene como objetivo controlar las tasas de flujo y los niveles de agua. Algunas se ubican en pequeños ríos, mientras que otras funcionan en grandes canales, como la del Canal del Panamá. Los vados son estructuras que crean un paso poco profundo donde se puede cruzar un río o arroyo a pie o en un vehículo. También existen las rampas para peces, destinadas a permitir el paso de los peces de un nivel a otro de manera progresiva, como una escalera.
Según datos del Atlas Europeo de barreras fluviales, existen más presas en Galicia, más rampas para peces en Andalucía y hay una gran concentración de azudes en las comunidades autónomas de Galicia y Asturias.
Los embalses son acumulaciones de agua artificiales; los pantanos, naturales
Embalses y pantanos no son barreras fluviales, como los términos anteriores, sino grandes volúmenes de agua retenida. La diferencia clave entre ambos es que un embalse es artificial y un pantano es natural. Un embalse es una estructura hidráulica construida para contener grandes cantidades de agua detrás de una presa o un dique. Entre otros fines, el embalse se usa para riego, abastecimiento, producción de energía eléctrica y actividades de ocio. Además, los embalses construidos en los cursos alto y medio de algunos ríos regulan las variaciones de su caudal debidas a las precipitaciones.
A diferencia de un embalse, un pantano es un área sin árboles y llena de agua que se forma en áreas bajas, como una bahía o una llanura. Los pantanos pueden ser de agua dulce o salada, según explica National Geographic. Los pantanos pueden ser pequeños o grandes y generalmente se encuentran en áreas donde la tierra es relativamente plana, con una profundidad baja y una gran cantidad de vegetación alrededor, como pastos, juncos y arbustos. Estos ambientes sirven como hábitat para una gran variedad de animales, incluyendo aves, reptiles, anfibios y peces.