Una mula o mulero bancario es una persona que ha sido reclutada por delincuentes (que no tienen por qué ser necesariamente del mundo ciber) para “blanquear dinero de origen ilícito”, tal y como lo define nuestro maldito Emilio Casbas, que nos presta sus superpoderes como especialista en detección de fraudes online y creador de la plataforma ‘desenmascara.me’ (en ella, podemos comprobar si una página web es fraudulenta).
Esta persona se usa para transferir dinero desde una jurisdicción a otra, normalmente donde resida el criminal que está haciendo uso de ella, además de para “poner dificultades adicionales a la policía en la investigación sobre el origen de cualquier dinero”, según relata Casbas: “El mulero se convierte en una capa adicional entre las víctimas y los delincuentes”, explica, ya que se queda con una parte del dinero transferido.
“Las mulas pueden mover el dinero de varias formas; a través de cuentas bancarias, monedas virtuales, tarjetas de prepago o cualquier otro servicio online de pagos”, señala este especialista. Al final, lo importante para los ciberdelincuentes es que el rastro del dinero vaya asociado a esta persona y no a ellos, y depende del tipo de timo se usará una divisa u otra, o incluso una digital, como las criptomonedas. Como decíamos, la figura de la mula bancaria no es exclusiva del mundo online pero, en muchos casos, el origen ilícito proviene del cibercrimen, recuerda Casbas.
Tácticas con las que se engaña a las personas que se convierten en mulas bancarias
Y pensarás: ¿no es muy evidente este engaño? ¿Cómo puede ser que una persona no se de cuenta que la están utilizando para hacer transferencias de dinero de este tipo? No es una práctica tan fácil de detectar como parece, especialmente cuando se enmascaran las peticiones y los envíos con algo que beneficia a la persona que actúa como mula.
La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) lleva alertando de fraudes que tienen como objetivo reclutar muleros más de una década a través de distintas prácticas. Por ejemplo, a través de falsas ofertas de empleo más o menos realistas: desde correos electrónicos haciéndose pasar por una empresa que está reclutando nuevos trabajadores a mensajes de texto que llegan a nuestro móvil ofreciéndonos un puesto.
Actuar como bula bancaria (consciente o inconscientemente) tiene consecuencias penales
Una cosa importante a tener en cuenta es que convertirse en una mula bancaria -ya sea consciente o inconscientemente- tiene consecuencias penales, ya que se estaría incurriendo en un delito de blanqueo de dinero. De hecho, tal y como recuerda Casbas, Europol ha detenido recientemente a casi 2.500 personas que actuaban como tal en países europeos, Estados Unidos, Australia, Singapur y Hong Kong.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? ¿Y si ya hemos pasado a formar parte del timo? Casbas nos da una serie de consejos para la primera parte: desconfiar de cualquier anuncio en Internet que prometa dinero fácil; no aceptar ningún trabajo que requiera hacer transferencias desde una cuenta bancaria personal; y no facilitar nuestros datos financieros a alguien en quien no confiamos, especialmente, remarca, si la hemos conocido en un entorno online. Los consejos de la OSI también siguen en esta línea, además de practicar el egosurfing de vez en cuando para comprobar qué información hay sobre nosotros en línea. Además, en el caso de que sospechemos haber formado parte de esta práctica o sufrirla se recomienda no transferir más dinero, notificarlo al banco y también denunciarlo ante la policía.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Emilio Casbas, especialista en fraudes online.
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