Qué es Viopet, el programa de acogida de animales de mujeres víctimas de violencia machista

Cuando una mujer víctima de violencia machista tiene un animal de compañía a su cargo, suele enfrentarse a dificultades añadidas para poder salir del hogar de su maltratador. Y con la llegada de la COVID-19 y el confinamiento, se preveía que la situación podía agravarse aún más. Es por ello que en 2020, dentro del Plan de Contingencia contra la Violencia de Género ante la crisis de la COVID-19, el Gobierno asumió la iniciativa Viopet, que acoge temporalmente a los animales de estas mujeres.

Núria Querol, médico y profesora de Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal de la Universidad de Barcelona, impulsó el programa en torno a 2013 junto a un grupo de voluntarios tras detectar que algunas víctimas de violencia de género que necesitaban una atención urgente evitaban entrar en los centros de acogida debido a que no se les permitía ir con sus animales de compañía. 

A partir de aquí, inspirándose en los protocolos de los recursos de acogida de Estados Unidos, Querol consiguió trasladar a España este modelo de protección a los animales, y ahora el programa se coordina junto a la Dirección de Derechos Animales del Ministerio de Derechos Sociales. 

Qué es Viopet y cómo surge: desde su creación hasta su coordinación con el Gobierno

El proyecto Viopet es un programa que acoge a animales de compañía de mujeres víctimas de violencia machista. Según recoge su página web, cuentan con una red de más de 1.200 casas por toda España de personas que se han prestado como voluntarias para acogerlos hasta que los animales puedan volver con sus responsables. 

Como explica Núria Querol a Newtral.es, la idea surge tras su estancia en Estados Unidos, en la que descubrió los protocolos que existen en el país de mano de la exfiscal Allie Phillips, creadora del programa Sheltering Animals & Families Together (SAF-T), de acogida de animales de compañía junto a sus familias. Phillips ya observó, durante su trabajo como fiscal, que muchas mujeres no querían entrar en las casas de acogida al no poder ingresar con su animal. Junto a esto, estudios en Estados Unidos y otros países como Canadá, Nueva Zelanda o Australia también apuntaban a conclusiones similares. Por ello, Querol comenzó a preguntar por esto mismo a las víctimas que atendía en su consulta médica en España.

Con toda esta información, teniendo en cuenta las guías de buenas prácticas de la exfiscal Phillips sobre cómo deberían ser las casas de acogida para que tuvieran un espacio para los animales, surge Viopet. Y es que en España, los centros de acogida de mujeres víctimas de violencia de género no permiten la estancia de animales, por lo que Querol pensó que “algo había que hacer hasta que no cambien las cosas”. Asimismo, muchos recursos de acogida dependen de las provincias y ayuntamientos, por lo que conlleva más tiempo contactar con los responsables. 

“Lo que a mí me interesaba, por lo que veía en Urgencias, era sobre todo la rapidez y la eficacia. Por ello empezamos a funcionar con casas de acogida”, comenta la experta. Aunque conforme fue creciendo esta iniciativa tras su comienzo hace una década, el número de mujeres que necesitaban ayuda aumentó y los voluntarios no daban abasto. Así, coincidiendo con el plan contra la violencia de género aprobado durante la pandemia, el Observatorio de Violencia hacia los Animales –del que depende Viopet– y la Dirección General de Derechos de los animales se coordinaron para que el Gobierno asumiera el proyecto, contando así con más recursos y ayuda en la gestión directa de los casos. 

El protocolo de asistencia a las víctimas de violencia machista con animales

Viopet, que ahora es un sistema coordinado entre el Gobierno y distintos profesionales, sigue funcionando gracias a las casas de acogida. Cuando una víctima de violencia machista necesita que se acoja a su animal, puede llamar al teléfono facilitado por Viopet (+34 673 765 330) para activar el protocolo. Según los datos disponibles de 2021 –las cifras de 2022 se encuentran en revisión, como apunta el Ministerio de Derechos Sociales a Newtral.es– , el 30% de las llamadas las realizaron víctimas y un 10% las fuerzas de seguridad, aunque las alertas principalmente provenían de los servicios sociales (60%). El programa ha atendido más de 500 llamadas, con las que se ha conseguido acoger a 157 animales de 130 mujeres. 

Cualquier persona puede ofrecerse como casa de acogida, inscribiéndose en un formulario disponible en el siguiente enlace. En él se pregunta acerca del municipio de residencia, el tipo de especies que puede acoger –aves, gatos, perros, peces, roedores u otros–, si se puede acoger a uno o más animales o la duración de la estancia. Para Querol, lo importante es que se ofrezcan las máximas personas posibles. “Por ejemplo, imagínate que alguien sale todo el día y puede tener un hámster en casa. Hay mujeres que no tienen red social para acogerlos, porque están en un aislamiento brutal. Pues seguro que esa persona nos hace un favor, porque en cuanto salga un animal de este estilo, puede acogerlo”, añade la experta. 

La impulsora del programa también señala que son especialmente necesarias las casas de acogida en zonas rurales, aunque en zonas más urbanas “nunca son suficientes”. Y si se produce una situación urgente de una mujer que va a entrar en un recurso de acogida y no se cuenta con una vivienda disponible en la zona, desde Viopet comparten publicaciones en redes sociales como Twitter o Facebook para encontrar alguna. 

La casa de acogida, como explica Querol, no tiene contacto directo con la mujer, para que no se la localice. Pero desde el hogar sí que pueden hacer fotografías y vídeos a los animales, para que luego se le hagan llegar a la víctima. “A las mujeres esto les da una fuerza increíble. Por ejemplo, una mujer que estaba en el hospital a raíz de una paliza que había recibido por parte del agresor, decía que lo único que le daba fuerzas para seguir adelante era recibir los vídeos y fotos de su animal”, relata la experta. 

Por otro lado, en la gestión del programa participan profesionales de diferentes áreas, como médicos o trabajadores sociales. Por ejemplo, los cuerpos de seguridad son “imprescindibles” para Querol, ya que pueden ayudar a recoger animales de viviendas en las que convive el agresor, o incluso los cuidan cuando una mujer entra de noche en un recurso de acogida. Los veterinarios, por su parte, pueden colgar carteles de Viopet en sus clínicas para que los lean algunas víctimas. También colaboran con psicólogos, que en muchos casos realizan llamadas delicadas con las víctimas. Y los educadores y etólogos ayudan a reeducar a los animales que sufren problemas de comportamiento, en muchos casos porque también han sufrido maltrato. 

La violencia contra la mujer también puede impactar en los animales

Para comprender qué es el programa Viopet, es importante entender qué relación tiene la violencia de género con los animales de compañía. Como explican las expertas consultadas por Newtral.es, la conexión más evidente ocurre cuando se utilizan las agresiones a animales para hacer daño emocional a la mujer. Esto es lo que se conoce como violencia vicaria, término habitualmente asociado a la violencia de género porque es donde más se utiliza, especialmente cuando un maltratador agrede a su hijo para hacer daño a la madre, pero que también puede estar asociado a los animales, como apunta a Newtral.es María Teresa de Gea Fernández, abogada y presidenta de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Mataró. 

Agustina Vinagre González, doctora en Estudios de Género y coordinadora académica del Máster Universitario en Victimología y Criminología Aplicadas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), coincide con De Gea: “Si por ejemplo tenemos en cuenta a una mujer que no tiene hijos o que tiene una relación muy estrecha con su mascota, al hacer daño a la mascota para hacer daño a una mujer, estaríamos también hablando de violencia vicaria”. La experta añade que incluso puede darse violencia vicaria mediante objetos o símbolos importantes para la pareja, ya que “la cuestión es hacer daño de todas las maneras posibles”.

Según un estudio elaborado por Núria Querol en Barcelona, “un 94% de las víctimas de violencia de género y familiar reconocían que los agresores maltrataban, amenazaban o coaccionaban para hacer daño a los animales, incluyendo maltrato psicológico”. Además, muchas mujeres con las que han hablado desde Viopet reportan problemas de comportamiento de sus animales, así como miedo a la figura masculina. 

Asimismo, incluso aunque no exista maltrato animal, “si a las mujeres no se les ofrece un lugar seguro para sus animales, pueden volver con el maltratador o acabar durmiendo en la calle, donde son más vulnerables a otros tipos de violencia, o puede que el agresor las encuentre”, añade Querol. Un ejemplo destacado por De Gea es el de Ucanca González, mujer a la que en 2016 se le denegó la entrada en recursos de acogida por ir acompañada de su animal, y durmió en una tienda de campaña en una playa, custodiada junto a dos guardias civiles, ya que su agresor estaba en búsqueda y captura. Este caso fue gestionado por Viopet. 

Por otro lado, como señala De Gea, el maltrato a un animal puede funcionar como señal de alerta ante otros casos de violencia interpersonal. “Ya en los años 80 en Estados Unidos, investigadores psiquiatras comprobaron que había una relación entre el maltrato animal y un maltrato posterior, ya sea por género o a otro tipo de personas que los agresores considerasen ‘débiles’, como niños o personas vulnerables. Es un indicador muy alto de una falta de empatía, que se puede reflejar con violencia”, apunta la abogada.