Qué se sabe de la posible rotura del vórtice polar y las olas de frío extremo en España

Durante los primeros días de 2023 se ha especulado con una posible rotura en el vórtice polar que podría provocar olas de frío extremo en España. En concreto, en varios medios de comunicación y mensajes en redes sociales hablan de un posible “calentamiento súbito estratosférico”. Pero, por el momento, los especialistas consultados por Newtral.es señalan que no hay ninguna certeza de que pueda haber una rotura y que esto desencadene una ola de frío extremo. 

Mar Gómez, doctora en física y meteoróloga de eltiempo.es, subraya a Newtral.es que el concepto de vórtice polar no es algo nuevo. “Es una característica meteorológica que siempre ha estado presente, aunque se hayan popularizado recientemente”, señala. 

Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), explica a Newtral.es que el vórtice polar es una estructura de escala planetaria “de circulación atmosférica circumpolar, es decir, que rodea a cada uno de los polos”. “Es un cinturón de vientos que rodea las latitudes medias o altas”, especifica. 

Dos tipos de vórtices polares

Esta circulación de vientos ocurre por la diferencia de temperaturas entre el ecuador y los polos. Específicamente, en el hemisferio norte suele ser de oeste a este. Pero no hay un solo vórtice polar. Como explica Gómez, se distinguen dos: “Uno inferior situado en la parte alta de la troposfera, llamado vórtice polar troposférico, y otro situado más arriba en la estratosfera, el vórtice polar estratosférico”. 

“El troposférico se sitúa más o menos entre los 40º y 50º de latitud y separa la masa de aire gélido polar de la masa más templada de latitudes medias”, añade la meteoróloga. Este vórtice polar es una estructura que existe todo el año, aunque es más intenso en invierno. 

Por otro lado, como señala Del Campo, está el vórtice polar estratosférico. “También es una estructura de vientos intensos, esta vez en niveles altos de la atmósfera, alrededor de los 15 y 20 kilómetros de altura, que encierra aire muy frío alrededor de los polos”, destaca. El tamaño de este vórtice es inferior al del troposférico, llegando hasta los 60° de latitud, aproximadamente. A diferencia del troposférico, este vórtice solo existe en otoño y primavera. 

Es en el vórtice polar estratosférico donde se pueden producir los denominados calentamientos súbitos estratosféricos. “Son subidas de decenas de grados que suceden en la estratosfera en muy poco tiempo por distintas modificaciones de la circulación atmosférica que llegan a la estratosfera polar”, señala el portavoz de la AEMET. 

Sin certezas de que se pueda producir una rotura y afecte a España

En ocasiones, estos calentamientos pueden dar lugar a roturas del vórtice polar estratosférico. “Lo que puede suceder es que desestabilice la corriente de vientos en la troposfera y se puede producir desalojo del aire frío polar a zonas bajas dando lugar a una ola de frío”, subraya Del Campo. Esta rotura, según Gómez, “no pasa todos los inviernos, pero es relativamente frecuente”. “Se estima que, en promedio, una vez cada dos inviernos tiene lugar una rotura del vórtice polar estratosférico, pero esto varía de una década a otra”, señala. 

[Océanos hirviendo, tierras gélidas]

El portavoz de la AEMET afirma que, aunque se ha especulado recientemente con un posible calentamiento súbito estratosférico que afecte a España, el potencial ha disminuido y ahora “es meramente especulativo”. Gómez coincide. 

“Durante este otoño y parte del invierno que llevamos hemos tenido un vórtice polar fortalecido. Ahora empieza a mostrar algunos cambios, lo que puede hacer que el aire frío que el vórtice polar mantiene confinado en su interior pueda llegar a latitudes inferiores y provocar olas de frío”, afirma la meteoróloga. “No obstante, de momento, no tiene por qué producirse un calentamiento súbito estratosférico, añade. 

Del Campo explica que, además, en el caso de que se produzca este calentamiento, tendría que producir la rotura del vórtice polar y “no siempre pasa”. “Y, después, si se produce la rotura y hay desalojo de aire frío, habría que ver en qué parte del hemisferio norte se produce”, afirma Del Campo. Según el portavoz de la AEMET, esto podría ocurrir desde España hasta América del Norte, en medio del Océano Atlántico, Rusia o incluso Japón. “Ahora mismo no tenemos nada, es muy especulativo. No tenemos certeza de que todo esto vaya a ocurrir”, indica.