Puede que te suene más el término vegetaciones aunque, en realidad, su verdadero nombre es adenoides. ¿Qué son exactamente? Se trata de una especie de parche de tejido en la parte alta de la garganta, en la zona detrás de la nariz, que forma parte del sistema linfático, encargado de producir, almacenar y transportar los glóbulos blancos para combatir infecciones y otras enfermedades. “Tanto las adenoides como las amígdalas atrapan gérmenes que entran por la boca y la nariz”, explica en su página web MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Por lo general, según este servicio informativo en línea, estas estructuras comienzan a reducir su tamaño a partir de los cinco años. “En la adolescencia, desaparecen casi por completo. Para entonces, el cuerpo tiene otras formas de combatir los gérmenes”. De ahí que normalmente solamos escuchar este término vinculado de alguna forma a niños y no tanto a adultos.
Hablamos, por lo tanto, de ‘barreras’, de ‘defensa’. Aparentemente suena bien. ¿Por qué, entonces, utilizamos la expresión ‘tiene vegetaciones’ para referirnos más a un problema que a algo positivo (y que, en realidad, tenemos todos)? En este caso, hablamos de adenoides que se han hipertrofiado, que se han hinchado, un problema bastante común en niños y que puede dificultar la respiración por la nariz además de sequedad de la boca y mal aliento, labios cortados y secreciones por la nariz.
El tratamiento dependerá de lo que esté causando el problema. De hecho, si los síntomas no son graves, es posible que ni siquiera sea necesario tratarlo de ninguna manera. En caso de necesitarlo, puede ser útil desde el uso de aerosoles nasales para reducir la hinchazón a antibióticos, siempre bajo prescripción médica cuando se encuentre ante una infección bacteriana. En algunos casos, se recurre directamente a la extirpación de estos tejidos, lo que se conoce como adenoidectomía.