Quién es Nikki Haley, primera en retar la vuelta de Trump en 2024

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Quién es Nikki Haley, primera en retar la vuelta de Trump en 2024

Durante meses, el único candidato oficial a la presidencia estadounidense para las elecciones del año que viene fue Donald Trump. La preocupación a saltar a la palestra demasiado pronto, especialmente con un expresidente tan volátil, reinaba entre los posibles contendientes. Pero este martes, una mujer republicana puso fin a la incertidumbre. Nikki Haley, exembajadora en Naciones Unidas, es ya la primera candidata en desafiar la reválida de Trump en 2024. ¿Pero quién es Nikki Haley?

La también exgobernadora de South Carolina es una de las mayores estrellas del partido desde hace una década.

  • Hija de padres indios inmigrantes, llegó a la primera plana política durante el Tea Party y con 51 años goza de un expediente político potentísimo.
  • Y aunque poco a poco se ha ido alejando de las convenciones más viscerales de su partido, mantiene un perfil destacadamente conservador.

De cara a 2024, Nikki Haley está lejos de contar con los apoyos que la impulsarían a la vanguardia de la carrera a la presidencia.

  • Sus números en las encuestas son ahora mismo muy pobres y la verdadera contienda sigue estando entre Trump y Ron DeSantis, gobernador de Florida.
  • Pero el apoyo que tiene entre los donantes del partido, siempre claves en campañas tan extensas como unas primarias republicanas a la presidencia, puede ayudarle a mantenerse en la disputa a lo largo del próximo año.

Nikki Haley tiene mucho que demostrar, explicar y corregir de cara a 2024, aunque solo la valentía de haberse sumado a la carrera ahora le dará un buen primer empujón. Ser de Carolina del Sur, uno de los primeros estados en votar en las primarias del año que viene, tampoco es baladí. Entonces, ¿qué la convierte en una contendiente merecedora de titulares?

Nimrata Nikki Randhawa

Los padres de Nikki Haley emigraron desde el corazón de la comunidad sij de la India hasta Canadá en los años 60. Su historia es la de muchos otros migrantes que buscaron y encontraron el sueño americano, según repasaba POLITICO en 2021.

  • Los dos tenían carreras universitarias, pero el doctorado del padre fue la razón por la que se mudaron a Vancouver primero y a Carolina del Sur después.
  • Desde 1969, la familia se asentó en Bamberg, una pequeña comunidad de unas 2.500 personas a las afueras de la capital estatal.
  • Ambos ejercieron como profesores y tuvieron cuatro hijos, de entre los cuales está quien este martes anunció candidatura a la presidencia, Nimrata Nikki Randhawa.

Pese que Nikki Haley quiere defender en 2024 una visión racial más optimista de Estados Unidos, la candidata recuerda su infancia con una mezcla de cariño y angustia.

  • Habiendo vivido en el Sur profundo estadounidense, Haley vio de primera mano las tensiones raciales entre blancos y negros. Gente de color marrón como su familia eran la excepción.
  • Además, su padre siempre llevó turbante sij a todas partes y su madre vestía el sari tradicional de su cultura, lo que les hacía más excepcionales todavía para la comunidad local.
  • Durante años, Haley acumuló anécdotas dolorosas por las que tanto sus padres como ella tuvieron que experimentar el racismo de sus vecinos.

Pero los padres de Nikki Haley lograron desquitarse de ese pasado cuando abrieron una tienda de vestidos formales hechos a mano llamada Exotica. Tuvieron un éxito que reverberó en la región.

  • En pocos años, la tienda logró reconocimiento en las localidades cercanas. Incluso cantantes de gospel negras como Shirley Caesar pasaron por allí para comprar sus vestidos.
  • La madre de Haley aprovechó la atención para organizar un festival anual de música y gastronomía internacional para incluir a todo Bamberg.

Nikki Haley empezó a ayudar a sus padres con las cuentas de la tienda a los 13 años. Con el dinero de la tienda, se permitieron enviarla a un colegio privado y, después, a la universidad.

Nikki Haley entra en política

A lo largo de los siguientes años, Nikki Haley nunca dio pistas de querer dedicarse a la política, y mucho menos a querer buscar la presidencia como ahora con su candidatura a 2024. Ni sus amigos ni compañeros recuerdan que ofreciera pistas de estar buscando ese camino.

  • En la universidad, Haley evidenció el conservadurismo de su familia, al menos en lo cultural, pero nunca mostró sus cartas políticas.
  • Al terminar, se casó con Michael Haley, tuvo dos hijos y empezó a trabajar como contable en una firma de reciclaje.
  • Por el camino, se pasó de la religión sij al cristianismo. Y siguiendo la estela de su marido, entró en la Iglesia metodista.

Todo lo que llegó después fue una sorpresa para amigos y familiares. A primeros de los 2000, viendo que tenía don de gentes entre la comunidad de empresarios locales, Nikki Haley buscó una oportunidad para saltar a la política. La primera batalla fue solo el reflejo de lo que serían sus campañas políticas futuras: una carrera en la que partía con desventaja.

  • En 2004, Nikki Haley desafió al que por entonces era el congresista estatal más veterano de la cámara baja de Carolina del Sur.
  • Haley centró sus esfuerzos en un tipo de campaña en la que se ha distinguido durante años, el cara a cara con los votantes.
  • Tras forzar una segunda vuelta contra el congresista estatal veterano, su rival apostó por ataques abiertamente xenófobos contra ella y su familia.
  • Logró el apoyo de un congresista federal, Joe Wilson, quien se hizo una foto con los padres de Haley y ayudó a desestimar la campaña racista de su rival.
  • La candidata ganó en la segunda vuelta por algo más de 500 votos en unas primarias en las que votaron casi 5.700 personas.

Carrera a gobernadora

En 2010, con el Tea Party en un momento cumbre, Haley saltó al plano estatal con una candidatura a la casa del gobernador. A priori, lo tenía todo en contra.

  • Sus rivales eran un congresista federal, un fiscal general y un vicegobernador, todo puestos legislativos y ejecutivos muy por encima del suyo.
  • Su único apoyo relevante era el del gobernador de entonces, Mark Sanford, a quien apoyó en su guerra abierta con el resto de legisladores estatales republicanos. Haley se puso como enemigos a casi todos sus compañeros.
  • Su cercanía con Sanford también era una cercanía con el Tea Party. El movimiento conservador abogaba por un perfil anti-establishment y una fiscalidad más estricta. Haley abrazó ambos preceptos.
  • Pero Sanford era una figura que tardaría solo unos meses en caer después de que se destapara que había viajado a Argentina con una amante.

Sin dinero, sin apoyos y con cifras muy bajas en las encuestas, Nikki Haley apostó entonces por la misma estrategia que tiene visto de perseguir en 2024.

  • Con la ayuda de un asesor y el consejo de Jeb Bush, entonces gobernador de Florida, Haley se recorrió todo South Carolina para encontrarse con pequeños grupos de votantes.
  • En poco tiempo, empezó a ganar relevancia entre los votantes. Despedazar a su mayor rival en un debate televisado fue el último empujón para recibir atención nacional.
  • Los apoyos de los entonces gobernadores republicanos Mitt Romney y Sarah Palin terminaron por cimentar su carrera. Sanford contribuyó cientos de miles de dólares a su campaña.
  • Haley se quedó a solo unos pocos votos de ganar de forma definitiva en la primera vuelta, pero finiquitó la batalla en el segundo asalto sacándole más de 100.000 votos a su mayor rival.

Haley se vio muy beneficiada por el empeño de los medios en sensacionalizar acusaciones de que había mantenido relaciones extramatrimoniales, pero las dificultades solo acababan de empezar.

Estrellato republicano

La controversia de los amantes, nunca verificadas, le ganó el favor de los votantes, que vieron una campaña urdida en su contra, y difuminó otras acusaciones más graves.

  • Pero su rival demócrata en las generales, a priori sin posibilidades en un estado sureño conservador, sí logró poner en primera plana el problemático historial de Haley.
  • La entonces candidata acumulaba multas de Hacienda y un empleo muy bien pagado en una fundación que apoyó siendo legisladora.
  • Haley ganó las elecciones por poco más del 3% de los votos, una cifra demasiado apretada para un año tan bueno para los republicanos como 2010, plena era Obama.

La victoria convirtió a Haley en la primera gobernadora indioamericana de Estados Unidos. El puesto le dio también un altavoz nacional que pronto la convirtió en una estrella republicana. En su reelección cuatro años después, arrasó contra el mismo rival demócrata por más de 14 puntos.

  • Años después, en 2015, el asesinato de nueve feligreses negros en una iglesia de Charleston South Carolina, sacudió al país. El perpetrador era un supremacista blanco.
  • Haley aprovechó la matanza racista para deshacerse de la bandera confederada de los edificios gubernamentales del estado, un vestigio de los estados que durante la Guerra Civil defendieron la Esclavitud.
  • Al año siguiente, el partido le ofreció dar la respuesta al último discurso del Estado de la Nación de Obama. Haley aprovechó su tiempo para criticar a Obama, pero también para lanzar una daga que la perseguiría durante años.

«Durante tiempos de ansiedad, puede ser tentador seguir la llamada de la sirena de las voces más enfadadas. Tenemos que resistir esa tentación. Nadie que esté dispuesto a trabajar duro, respetar nuestras leyes y amar nuestras tradiciones debería sentirse indeseado en este país», dijo Haley en clara referencia a Trump, por entonces favorito para llevarse la nominación republicana a la presidencia.

  • El ataque le valió las críticas entre votantes y voceros que en aquel momento ya apoyaban a Trump pese al rechazo del establishment.
  • Haley se mantuvo constante en su «Cualquiera salvo Trump» y acabó apoyando la candidatura de Marco Rubio, que nunca logró despegar.

Nikki Haley llega a Trump

Apoyar a Rubio significó ignorar la campaña de un ya debilitado Jeb Bush, alguien que la había ayudado años antes en su carrera a gobernadora. Pero ese ejemplo no es el único que acumula Haley en su historial. Sanford también alega que su otrora aliada lo apartó a un lado.

  • Esos casos se ilustran mejor si uno conoce el expediente de Nikki Haley a la hora de intentar defender dos posturas opuestas al mismo tiempo.
  • A lo largo de su carrera, aliados y rivales han criticado la forma en la que se ha adaptado a los vaivenes políticos conforme mejor le ha ido a sus ambiciones futuras.
  • Por ejemplo, mantuvo sus críticas a la retórica divisoria a raíz del ataque a la iglesia de Charleston al hablar de Trump en 2016. Meses después, se olvidó de ese argumento.

Nada explica mejor ese recorrido que su relación con Trump, una figura a la que ha criticado para luego defender en muchas ocasiones. En 2020, después de que Haley renunciara a sus críticas y apoyara la candidatura de Trump, él ganó la presidencia.

  • Poco después, Trump la eligió como embajadora en la ONU. En parte, para ayudar a que su aliado Henry McMaster heredara el puesto de gobernador de South Carolina. McMaster era el siguiente en la línea de sucesión de Haley.
  • En los dos años posteriores, Haley se desenvolvió con soltura en el marco diplomático internacional y consiguió algo que pocos lograron durante la presidencia de Trump: evitar mancharse con las mayores controversias, con los insultos de Trump o con un despido.
  • La salida de Nikki Haley para volver a la empresa privada, una decisión que muchos analistas dedujeron como un primer paso hacia una carrera a la presidencia en 2024, se produjo sin incidentes.

Una debilidad importante

Pero en 2021, con el Asalto al Capitolio, Haley volvió a evidenciar algo que ya había mostrado en el pasado: estaba dispuesta a criticar a Trump solo cuando la posición unánime era criticarlo.

  • Haley culpó a Trump del asalto y aseguró que había perdido toda credibilidad, que la había decepcionado y que el país no podía permitir que algo así se produjera de nuevo.
  • Solo dos semanas después, atacó a los demócratas por querer hacerle un impeachment a Trump y pidió que le dieran un respiro.
  • En el otoño de ese mismo año, Haley aseguró que el partido republicano necesita a Trump y que no pueden volver a los tiempos previos a su llegada a la presidencia.

Esos cambios de registro son los que ahora hacen que Nikki Haley haya anunciado candidatura a la presidencia en 2024 con un mensaje de medias tintas. La exgobernadora no critica abiertamente a Trump, sino que pide un «cambio generacional» en el partido republicano.

  • Por ahora, Trump no ha dirigido ataques directos contra Haley, quizá porque le beneficia que se sumen varios candidatos a la carrera.
  • Pero será interesante ver si esa tesitura cambia y la retórica amistosa de Trump con Haley cambia en las próximas semanas.
  • Y sobre todo, si el anuncio de Haley desencadena que más candidatos se atrevan a dar el primer paso y las primarias republicanas empiecen de verdad.

Ese análisis lo tocare en la siguiente parte de este perfil sobre Nikki Haley y su carrera a la presidencia en 2024.

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