Toca hablar de la regla… y de su ausencia: “La menopausia se ha tratado como una enfermedad o como un motivo de mofa”

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Menopausia y medicina

María del Mar recuerda aquella vez que manchó de sangre la silla de la oficina. “Me bajó la regla bastante antes de lo previsto y pasé muchísima vergüenza. No tenía compresas, así que fui al baño y me puse todo el papel higiénico que pude en las bragas. Luego a algunas compañeras, en voz bajita, les fui preguntando si tenían para que me prestasen una”, cuenta a Newtral.es. Para esta administrativa, esta anécdota no tendría mayor importancia si unos cuantos años después, ya con 55 y no con 32, no hubiese revivido la misma sensación de vergüenza y estigma: “Hacía unos meses había empezado con la menopausia. Tenía unos sofocos terribles en reuniones, en llamadas importantes… Y, además, en pleno invierno, que era como raro, llamativo para la gente de alrededor. Intentaba esconderme en el baño hasta que se me pasaban”, relata. 

Lo que también recuerda María del Mar son los comentarios peyorativos que había escuchado a lo largo de su vida sobre la vejez femenina: “‘Esa está menopáusica perdida’, ‘te veo muy sofocada, ¿no estarás menopáusica?’, ‘¿Fulanita ha tenido un bebé? Pero si tendrá ya la menopausia’”. Pero como apunta Jesús Presa, jefe del Servicio de Ginecología en el Hospital Universitario de Jaén y portavoz de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), “aunque la menopausia se ha tratado como una enfermedad o como un motivo de mofa, no es ni una cosa ni otra”. 

Presa señala en conversación con Newtral.es que “por el estigma social, se vive como un momento de pérdida, cuando en realidad es una transición a otra etapa de tu vida”. La endocrina Carme Valls, autora del ensayo Mujeres invisibles para la Medicina (Capitán Swing), considera que “cada vez se habla más, como de la menstruación, pero la menopausia todavía está asociada a decrepitud”. Según Valls, la sexualidad femenina está secuestrada en tanto que “parte de la sociedad niega nuestro placer, solo nos valora por nuestra función reproductora”. 

Hace unas semanas, la ministra de Igualdad Irene Montero decía: “Va a tocar hablar del placer de las mujeres y del deseo sexual de las mujeres de 50, de 60, de 70 y de 80. Y va a tocar hablar de tener relaciones sexuales con la regla”. Y unas semanas antes, la líder de Más Madrid, Mónica García, visibilizaba los síntomas de la menopausia en una intervención en la Asamblea de Madrid alegando que se viven “en silencio”. Por ello, García citaba a la ginecóloga Jen Gunter: “No hay mayor acto de feminismo que hablar de un cuerpo menopáusico en la sociedad actual”. O como decía la escritora y poeta Gioconda Belli en esta entrevista: “Hay que sacar la menopausia del clóset”.

Cuándo comienza la menopausia y qué síntomas tiene

La endocrina Carme Valls reconoce que “a consulta llegan muchas mujeres con la sensación de ‘¿estaré así el resto de mi vida?’”. “La respuesta es que no, queda mucho por delante y la mayoría de síntomas se acaban neutralizando porque el cuerpo se adapta a vivir así. Otros síntomas, como la sequedad vaginal a la hora de tener relaciones sexuales, se pueden tratar fácilmente. Por ejemplo, con cremas o lubricantes. Hay que recordar que, de promedio, las mujeres vivimos hasta pasados los 80 años, por lo que pasamos el mismo tiempo sin regla que con regla, puede que incluso más sin ella”, añade Valls. 

Según la AEEM, la menopausia “se produce porque la mujer comienza a perder progresivamente su función ovárica y por tanto baja la producción de las hormonas, los estrógenos y progesterona”. La edad media en España está en los 51 años, aunque, según esta sociedad médica, “el espectro va de los 48 a los 54”. 

En esta TED Talk, la ginecóloga estadounidense Jen Gunter explica que la menopausia como tal haría referencia a la última regla, pero socialmente tiene sentido hablar de menopausia “como un periodo de tiempo, un continuo que empieza unos años antes de la última menstruación”. En Medicina, ese periodo se conoce como perimenopausia o climaterio, y supone “un período de tiempo en el que nuestro ciclo menstrual está cambiando de duración”, explica Gunter, quien lo asemeja a la pubertad.

Este periodo se inicia, tal y como detalla Jen Gunter, al comenzar “el caos hormonal”, es decir, cuando comienzan a descender los estrógenos: “Algunas tenemos suerte y no tendremos síntomas o serán moderados. Pero otras tendrán problemas para dormir, irritabilidad, depresión o disminución del deseo sexual. Y luego, el síntoma más clásico, los sofocos. Son una ola de calor que te hace sentir como si dentro de ti hubieran encendido un horno. Los científicos no saben exactamente por qué ocurre, pero ese calor te hace sentirte sudorosa y desquiciada. Algunas mujeres incluso tienen síntomas que coinciden con los de la ansiedad, como náuseas y palpitaciones”.

El ginecólogo Francisco Donat, catedrático en la Universidad de Valencia, explica a Newtral.es que “esa disminución de estrógenos puede hacer que determinados efectos protectores desaparezcan”: “Puede aumentar la posibilidad de arteriosclerosis o de osteoporosis, pero siempre que haya determinados factores de riesgo y de predisposición. Es muy importante insistir en que la menopausia no es la causa de la osteoporosis. Pero ese descenso de estrógenos puede funcionar como un factor de riesgo más”, añade. 

En cuanto a otros síntomas, como cierta pérdida del deseo sexual o los cambios de humor, Donat considera que “hay que tener en cuenta los factores psicosociales”: “Si la menopausia es un estigma, llena de miedo y vergüenza, que se usa como insulto… Puede haber un efecto de las hormonas en esos síntomas, ¿pero no puede ser que esa ansiedad, descenso de libido e irritabilidad se deban también a que la sociedad te ha dicho que empieza una etapa terrible, cuando no tiene por qué ser así?”.

Creencias negativas asociadas a la ausencia de regla

Según este estudio científico de dos investigadoras de la Universidad de Sevilla, las creencias y estereotipos sobre la menopausia varían en función de la edad. Las mujeres jóvenes lo asocian con “vejez y pérdida”; para las mujeres de mediana edad es “fuente de ansiedad, depresión y miedo”; y para las mujeres mayores, “un tabú”. 

Una de las autoras de dicha investigación, Alicia Botello, del área de Enfermería, señala que “falta información para que las mujeres sepan qué signos son normales y cuándo son severos como para requerir un tratamiento, así como para entender que no es de por sí algo malo”. Según detalla Botello a Newtral.es, “hay mujeres que lo viven como una experiencia liberadora porque pierden el miedo a quedarse embarazadas o desaparecen las menstruaciones dolorosas”. 

La médica de Atención Primaria Irmina Saldaña, miembro del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SOMAMFYC), explica a Newtral.es que “el estigma de ‘mujer vieja’ sigue presente”: “Hay que hacer un esfuerzo tanto en las escuelas como en las consultas de explicar cómo va a ser no solo nuestra etapa reproductiva, sino también la sexual, a lo largo de la vida. Parece que la sexualidad de las mujeres desaparece cuando llega la menopausia cuando la realidad es que todavía quedan muchos años por delante”.

Carme Valls señala que, hasta los 90, “los síntomas de la menopausia se sufrieron en silencio o fueron minusvalorados”. “Existen libros editados en la década de los 80 en los que se dice: ‘Si la mujer tiene sofocaciones, que se abanique, y si tiene sequedad, que se ponga un lubricante’. La estrategia normal dentro de la Medicina hasta 1990 para enfrentarse a los años de más que la vida nos da a las mujeres era decir que esos síntomas no tenían importancia y que las mujeres debían aguantarse porque ya pasarían”, escribe en su ensayo Mujeres invisibles para la Medicina. “A partir de ahí, quisieron convertirlo en una enfermedad para medicalizar a las mujeres”, añade la endocrina. 

La menopausia y el ámbito laboral

La reforma de la ley del aborto estableció, por primera vez en España, un permiso menstrual remunerado. Para ello, debe existir un diagnóstico de patología previa que cause dicha dismenorrea, es decir, un dolor de regla incapacitante. 

Durante su intervención en la Asamblea de Madrid, la líder de Más Madrid explicaba que su grupo parlamentario había registrado una iniciativa para crear un permiso similar al menstrual pero para mujeres “con síntomas graves de menopausia”.

En 2022, el Parlamento británico encargó y publicó un informe sobre cómo afecta la menopausia a las mujeres en sus puestos de trabajo. Según detalla el documento, analizaron tres tipos de impacto: síntomas problemáticos, falta de apoyo y discriminación.

Respecto al primero, la sintomatología, “un 69% de mujeres declaró tener ansiedad o depresión como síntoma; el 92% señaló que estos síntomas les afectaban en el trabajo; un 72% señalaron que eran menos capaces de concentrarse, un 70%, mayor estrés (70%), y un 67%, pérdida de confianza”. Además, apunta el informe, el 31% de encuestadas respondió que se ausentaron del trabajo debido a los síntomas”.

El ginecólogo Jesús Presa reconoce que la menopausia “se ha banalizado”. “Decir ‘abanícate’ es como decirle a alguien que necesite insulina: ‘Pues come menos’. Hay una necesidad médica que hay que atender. Eso no significa que sea una enfermedad, simplemente que a veces se requiere cierto acompañamiento”.

Fuentes

Mujeres invisibles para la Medicina (Carme Valls, Capitán Swing)

Entrevistas a Jen Gunter y a Gioconda Belli

Ted Talk de la ginecóloga Jen Gunter

Intervenciones de Irene Montero y Mónica García

Asociación Española para el Estudio de la Menopausia

Menopausia y estereotipos de género. Iimportancia del abordaje desde la educación para la salud (Enfermagem, 2022)

Menopause and the workplace (Parlamento británico, 2022)

Carme Valls, endocrina

Irmina Saldaña, médica de Atención Primaria

Alicia Botello, profesora e investigadora en la Universidad de Sevilla (área de Enfermería)

Jesús Presa, jefe del Servicio de Ginecología en el Hospital Universitario de Jaén

Francisco Donat, ginecólogo catedrático en la Universidad de Valencia

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