Una app con inteligencia artificial busca meter moralejas en cuentos infantiles

Que tu hijo se vaya a dormir cada noche escuchando un cuento infantil que le ha generado una inteligencia artificial puede parecer en sí misma una pequeña historia de terror o una gran idea. Entre estos últimos está el creador español de una página web que utiliza la tecnología de ChatGPT para generar textos de acuerdo a las indicaciones de unos padres o madres que sólo tienen que llevarse el móvil a la cama de sus niños. 

A partir de unos pocos campos que hay que rellenar, esta inteligencia artificial genera una historia de unas 200-250 palabras, extremadamente simple, que en todos los casos incluye una moraleja, y a menudo también algún error de ortografía. La página de inicio incita a crear un cuento en cuatro pasos con la exclamación “¡Hazlo épico!”, y el dibujo de una Caperucita Roja en un bosque. 

Esos cuatro pasos son los campos que hay que rellenar: personaje, nombre de ese personaje, tema del cuento (una especie de argumento en 60 caracteres), y finalmente la “enseñanza o reflexión”. Un botón llamado ‘Hagamos magia’ generará un texto corto, de unos dos minutos, que también podría reproducirse en audio, dándole a un botón de Play.

“Es un texto pero no es literatura”, dice Raquel López Royo, especialista en literatura infantil y juvenil, que ha probado la app a pedido de Newtral. “Son historias muy básicas. Trabaja con muy pocos elementos de partida. En el personaje admite los mínimos caracteres. No se puede ni introducir un calificativo o un determinativo. Por ejemplo: ‘un ratón de cuerda’ que le aporte un cierto carácter singular al personaje, solo se puede poner: un ratón”. 

Para ella, lo mejor de la app es que construye un mínimo desarrollo de una acción a partir de muy pocos elementos. ¿Y lo peor? “Es que se difunda como una aplicación que construye cuentos”, dice.

Tres pantallas de Tiny Storie, la app de IA de cuentos infantiles

Un diseño intuitivo para cuentos infantiles con IA 

Sergio Pérez Paniagua es la mente entusiasta detrás de esta aplicación, a la que ha llamado Tiny Storie. Es jefe de proyectos en Correos, y la ha creado en su tiempo libre. No es desarrollador ni sabe programar: lo ha hecho vía no-code, una metodología que utiliza herramientas visuales para que personas que no saben escribir código puedan crear aplicaciones o páginas web. 

“Como padre, siempre me ha encantado contar cuentos a mi hija antes de dormir, pero a veces me sentía limitado por los cuentos tradicionales e impersonales, y con eso en mente, decidí utilizar mi pasión por la creación de productos digitales para crear una aplicación que generara cuentos personalizados”. 

«Buscar un cierre de corte moral para una historia infantil nos retrotrae a una idea de la infancia antigua y un concepto de la literatura caduco. Uno de los principios del arte es el goce y la gratuidad»

El resultado de esa idea es esta app, una herramienta, según Pérez, que le ayuda en momentos “en los que nuestra vida ajetreada no nos deja mucho tiempo para inventar historias por nuestra cuenta”, señalando lo que Evgeny Morozov calificaría de claro caso de solucionismo tecnológico, la idea de que cada problema social puede arreglarse sólo con tecnología. 

En la misma aplicación de inteligencia artificial para cuentos infantiles, bajo el apartado Quiénes somos, explican que son dos padres de dos niños, “muy emprendedores” y que “se dieron cuenta de que no había muchas opciones de cuentos para niños” que les ayudaran a transmitir lo que querían a sus pequeños. 

El panorama actual de la literatura infantil lo contradice, porque es muy rico, según los expertos. Samuel Alonso Omeñaca, escritor y especialista en literatura infantil, dice que “hay más libros que nunca con infinidad de propuestas literarias y plásticas y diversidad de temas”. Comenta que lógicamente, lo que hay son “más problemas a la hora de la selección, para elegir el libro más adecuado. Hay que tener criterios para una buena selección y evitar, en lo posible, los textos dirigidos y moralistas”.

Las moralejas, archisuperadas

Uno de los elementos obligatorios en el diseño de la app de IA para cuentos infantiles es la enseñanza o reflexión, algo que desata rechazo entre los especialistas consultados por Newtral.es. 

“Lo de la moraleja es casi ofensivo”, señala López Royo. “Es regresar a la vieja idea de que la literatura infantil está hecha para enseñar valores morales y que la infancia es un tiempo de aprendizaje para ser adultos y adecuarse al sistema de valores vigentes. Buscar un cierre de corte moral para una historia infantil nos retrotrae a una idea de la infancia antigua y un concepto de la literatura caduco. Uno de los principios del arte es el goce y la gratuidad. El arte no se pone al servicio de una enseñanza. Se ha quedado en las fábulas como modelo literario dirigido a la infancia”, explica la gestora cultural. 

Coincide con ella Alonso Omeñaca, que dice al teléfono que “el tema de las moralejas está archisuperado, lo que pasa es que como la literatura infantil siempre parece que está empezando, hay que recordarlo constantemente. Pero este debate ya ni existe en la agenda de los especialistas en literatura infantil”, zanja. 

¿Si tuviera que diseñar una aplicación que escribiera relatos para adultos, también incluiría moraleja? Pérez no lo descarta. “Muchos adultos están creando historias para concienciar en redes sociales, lo que nos ha hecho replantearnos si podríamos crear algo específico para ese público. Creo que las moralejas son parte importante de todas las historias, independientemente de la edad que tengas”, dice y muestra un ejemplo de un texto muy simple cuyo personaje es un centro cultural en el barrio de Alcalá. 

Pérez dice que su objetivo con la aplicación de inteligencia artificial para cuentos infantiles, además de ayudar a los padres, es el de que “sirva como herramienta de concienciación y recaudación de fondos para asociaciones que apoyen causas infantiles”. Dice que ya están trabajando para presentar la app a organizaciones y ONGs.  

Cuánto cuesta un cuento infantil hecho con IA y quién lo paga

Esta aplicación es gratuita para los usuarios. Sólo guardan la dirección de correo electrónico del usuario, que utilizarán para acceso a los servicios, comunicaciones y envíos de marketing o campañas que puedan realizar desde la plataforma.

Tiny Storie utiliza la API de OpenAI tanto para generar el texto como la imagen que lo acompaña, creada con Dall-E. También está conectada con los servicios de Google para autenticación de usuarios y creación de las voces para el cuento. Son tres llamadas a la API por cuento infantil creado, con lo que el funcionamiento de Tiny Storie no es gratuito. Cada historia genera un coste de 5 céntimos de euro que está costeando Pérez de su bolsillo. Hasta ahora, si los 1.000 usuarios han generado un cuento cada uno, al menos ya se ha gastado 50 euros. Lo justifica porque si logra acuerdos comerciales con organizaciones podrá monetizar el invento. 

Tiny Storie es propiedad de una empresa con un solo empleado llamada Bookmeeting, que está inscrita en el registro mercantil de Alicante. A pesar del nombre, Bookmeeting no está relacionada con libros. La palabra se refiere book pero como verbo en inglés, “reservar”, ya que esta empresa además es titular de una página web que se dedica a hacer reservas de salas de reuniones en hoteles y otros establecimientos. 

La personalización de la inteligencia artificial en los cuentos infantiles 

Los cuentos infantiles que crea esta inteligencia artificial son personalizados, como dice Pérez, porque son generados en ese momento, únicos, y además de la controvertida moraleja, se puede poner un nombre al personaje. En la aplicación se sugiere que se le ponga el mismo nombre del niño, algo que “suele gustarles”, dice Pérez. 

Alonso Omeñaca observa que “la gente cree que la literatura debe funcionar como un espejo, pero eso no tiene por qué ser así. Es un tópico de la literatura infantil y juvenil fomentado por algunos pedagogos. Los lectores y lectoras pueden disfrutar de las historias sin necesidad de identificarse obligatoriamente con los personajes, pueden interpretar el relato desde fuera y entender que es una historia de ficción y que ellos son meros espectadores como hacen con otro tipo de textos no literarios”. 

El creador de Tiny Storie admite que no ha hablado con profesionales educadores, pedagogos o especialistas en literatura infantil antes de diseñar la aplicación. “En principio la construí para mi hija, y el filtro fui yo mismo”. Pérez dice que la ha probado con más de mil usuarios reales que les han aportado feedback, y que una vez lanzada han recibido comentarios positivos de educadores de niños.

Desde Newtral.es sólo hemos podido contactar con una de ellos, Silvia Lojendio Rodríguez, que es logopeda en el centro de terapia infantil Anda Conmigo. Dice que la ha utilizado con niños pequeños entre 3-4 años y otros de 6-7 años practicando comprensión lectora, y le parece una herramienta atractiva. Explica que “aunque hay muchos cuentos en el mercado, a veces los que tenemos no les llaman la atención, entonces rápidamente, en unos segundos podemos poner los personajes que les gusten”.

Lopez Royo cree que esta app sólo podría mejorarse dando mucho más protagonismo al usuario, complejizando la narración y haciendo que sea el usuario y no la máquina la que tome las decisiones sobre personajes, lugares y acción. “Nunca sé exactamente a quién se dirige este tipo de aplicaciones. Estamos repletos de buenas historias en las bibliotecas, las librerías y la propia web. Si  alguien quiere aprender a escribir hay técnicas, talleres, aplicaciones… en las que se pide que el usuario ponga algo de sí mismo. Esto creo que obedece solo al arte de la combinatoria, mezclando x elementos se obtiene algo. Un simulacro de literatura”, señala la gestora cultural.

Qué es la literatura para una IA

Para el creador de la app que crea cuentos infantiles, la literatura “es el eco de la humanidad; la voz de nuestros sueños y esperanzas, nuestros miedos y alegrías”. Pérez dice que para él, una de las cosas más importantes de los cuentos es que ofrecen la oportunidad de pasar tiempo con los hijos y crear momentos de conexión únicos. 

“Un generador de clichés”, dijo de ChatGPT David Karpf, investigador en la Universidad George Washington. Y de tal palo, la astilla. Nick Cave, respondiendo a un fan que le había enviado una canción en su estilo hecha por la IA de OpenAI, dijo que el rol melancólico de ChatGPT era estar destinado a imitar, y nunca tener una experiencia humana auténtica, por muy devaluada e intrascendente que pueda llegar a ser con el tiempo la experiencia humana. 

La concepción de literatura que hay detrás de Tiny Storie es una idea muy pobre, dice López Royo. “La literatura no es algo que le pasa a un personaje. Ya la palabra personaje requiere un mínimo de caracterización que aquí es imposible. La literatura es un artefacto, una construcción artística propia de alguien con voluntad de crear, que pone en juego lo que se dice y el cómo se dice para levantar otra realidad con palabras”, explica la especialista, que tiene 20 años de experiencia promoviendo la lectura infantil. 

“Esta aplicación tiene más que ver con manejar variados esquemas combinatorios de peripecias que le pueden ocurrir a un personaje. Respondiendo automáticamente a preguntas como: quién, en dónde, qué pasó, qué pasó al final creo que es muy sencillo armar un relato”. Hacerlo es una propuesta muy antigua de juego que se hace con los niños en las escuelas: se hacen unas preguntas básicas y se monta un relato. Así el niño entiende cuáles son los componentes de una narración básica. “Ahora, a ese esqueleto hay que rellenarlo con imaginación y creatividad”, dice López Royo. 

Ilustración: La imagen de este reportaje ha sido creada por la autora utilizando Midjourney.